Se puede estar ocho partidos sin ganar y darle la vuelta a la situación hasta el punto de meterse tercero, a un punto del ascenso directo. El Cádiz es uno de los ejemplos positivos de las consecuencias de mantener la calma y dar continuidad al proyecto iniciado a principio de temporada. Los gaditanos enlazaron ocho jornadas sin ganar durante el inicio del campeonato y ahora, con la primera vuelta cerca de consumirse, marchan entre los tres primeros. El Sporting quiere creer en conseguir algo similar.

El Molinón fue víctima y testigo de la imparable reacción de un Cádiz que tocó fondo en el duelo ante el Rayo Vallecano en casa, en la jornada 12. Los andaluces sumaron un punto ante los madrileños que se convirtió en la octava jornada consecutiva sin ganar. Una etapa en la que, de los 24 puntos en juego, sólo había sido capaz de sacar cuatro. A partir de ahí, la reacción ha sido la de encadenar seis victorias consecutivas, entre ellas el 0-3 endosado al Sporting en la visita al municipal gijonés. Un balance que le ha catapultado a la tercera plaza.

El Sporting cuenta con el paralelismo de que, en las últimas nueve jornadas, su rendimiento se resume en que sólo ha ganado un partido, ante el Almería, a finales de octubre. Siete de 27 puntos que definen una dinámica alarmante y que ha puesto todo el proyecto en el disparadero. Miguel Torrecilla y Paco Herrera son conscientes de los altos y bajos que se viven en la extensa Segunda División. Una categoría marcada por la igualdad en la presente campaña, circunstancia que de opción a ver resurrecciones como la del Cádiz, pero también desplomes de clásicos como Elche y Mallorca.