Gijón, Dani BLANCO

Los calificativos se agotan para definir la magistral temporada que está llevando a cabo el Sporting B. El conjunto que entrena José Alberto López sigue maravillando. Y más aún en su inexpugnable feudo de Mareo, donde sumó un nuevo triunfo (2-1) ante el Real Unión de Irún. Tres nuevos puntos que le sitúan como el mejor local no solo en Segunda División B, sino que también en Primera y Segunda División. Veinticinco puntos suman ya los rojiblancos como locales (36 en total) para seguir siendo segundos en la clasificación. Ayer, en el duelo ante el cuadro vasco, estuvo además por primera vez por debajo en el marcador en Mareo -solo cuatro minutos-, por lo que obró la remontada para sumar una nueva victoria.

Salió con novedades el técnico como las de Bertín y Sanabria, aunque el delantero se retiró a los ocho minutos debido a un pinchazo en la parte trasera de su muslo derecho. No fue el mejor inicio de los rojiblancos, que se encontraron a un Real Unión animados con la llegada del nuevo técnico José Luis Ribera. Los vascos lograron hacerse con la posesión y un pase en profundidad hacia El Haddadi se convirtió en el primer tanto con un disparo cruzado que golpeó en el poste antes de colarse en la meta de Dani Martín.

Por primera vez esta temporada, el Sporting B estaba por debajo en el marcador como local, pero la reacción no se hizo esperar y un centro desde la derecha de Adri Montoro lo remató de primeras Cristian Salvador, en una faceta poco habitual para él, pero que el zamorano resolvió a la perfección. Más cómodo se siente en el centro del campo, donde cuajó un partido extraordinario en el que pudo ser su último duelo con el filial al ver la quinta amarilla. A la espera de lo que decidan sobre su ascenso o no al primer equipo, Salvador podría haberse despedido por la puerta grande.

El Real Unión tuvo en su mano liquidar al filial, que concedió más de lo normal en defensa. El Haddadi, Galán y, principalmente un mano a mano de Rodellar con Dani Martín que el centrocampista disparó fuera, hicieron mantener la respiración por unos segundos a los asistentes. El peligro era visitante, salvo un remate de cabeza de Claudio que hizo lucirse a Otaño antes del descanso. En la reanudación, el delantero cambió de rol para intentar asistir, pero nadie remató su centro. Sí lo hizo Pablo Fernández al elevarse por encima de todos sus rivales para poner el 2-1 tras sacar Bertín su guante desde la izquierda. El filial se ponía por delante, en un partido más eficaz que espectacular. Pudo el Sporting B finiquitar el duelo durante varios minutos de neta superioridad en el que se encontró más cómodo y con espacios, pero no lo logró y el conjunto vasco les apretó hasta el final. Tal fue así, que en el tiempo de prolongación Víctor Ruiz sacó bajo palos un remate de Aimar que confirma que este Sporting B tiene algo más que talento, con un sello inequívoco de identidad, compromiso y orgullo.