Tiene la mirada triste, pero casi hasta parece haberse quitado un peso de encima, como si se hubiera liberado al fin de una presión insostenible. Francisco Herrera Lorenzo (Barcelona, 2-12-1953) acaba de salir del vestuario del Sporting. Aún no ha pasado el trago amargo de despedirse de sus futbolistas, pero hace un alto, elegante y educado, atiende a LA NUEVA ESPAÑA y se despide afectuosamente. Se va sin reproches, con la amargura del adiós, pero con la resignación de saber que hacía falta un cambio, la llegada de una mano nueva que pueda intentar afinar la melodía que siempre se le resistió. Paco Herrera se va sin un un mal gesto y deja los mejores deseos para un equipo en cuyo potencial dice seguir creyendo. El técnico acudió a Mareo acompañado de su segundo, Ángel Rodríguez, quien conducía el coche y juntos abandonaron la escuela de fútbol.

- ¿Cómo ha sido la despedida del vestuario?

-Es un momento muy triste. La despedida de los jugadores ha sido muy emotiva.

- ¿Qué les ha dicho a los futbolistas?

-Lo puedo resumir, muy fácilmente, en que les he pedido que ganen el domingo.

- A su llegada aseguró que entrenar al Sporting era como cerrar el círculo. ¿Lo da por cerrado a pesar de todo?

-Yo considero que he completado el círculo con el mero hecho de poder estar aquí, con poder entrenar al Sporting. Ése es el círculo que quería completar. Lo otro, alcanzar el objetivo, hubiera sido la perfección para mí.

- Para un entrenador que asume que pase esto como algo propio del fútbol, ¿es más doloroso cuando sucede en un club al que quiere?

-Claro que es así. Cuanto más quieres al club, como es este caso, el dolor que siento es mayor.

- ¿Cree que el Sporting logrará el ascenso?

-Yo creo que este equipo va a estar en la pelea hasta el final. Hace tres semanas, el equipo peleaba por el segundo puesto. En cuanto se recuperen todos los que están lesionados, eso va a volver de nuevo.Y yo sé que el club va a fichar uno o dos jugadores en el mercado de invierno, así que el equipo va a estar arriba. No me atrevo a decir más, porque lo que no voy a hacer es meterle a otro entrenador, que me merece mucho respeto, toda la presión que metí sobre mí mismo. A Baraja le deseo suerte.

- ¿Qué cree que fue lo que salió mal?

-Sinceramente creo que ha habido demasiada mala suerte. Hemos tenido demasiada mala suerte. Se han juntado demasiadas cosas en momentos determinados. Es imposible en un equipo profesional jugar un partido, como lo hicimos en el último, sin medios centros, por poner un ejemplo. Han ido sucediendo pequeños detalles de mala suerte que no nos han ayudado en nada.

- Pero incluso cuanto tuvo a todos disponibles, a usted nunca acabó de gustarle el juego del equipo.

-Sí, eso es cierto. Yo estoy acostumbrado a que mis equipos hayan jugado muy bien a fútbol. Basta con mirar atrás y ver cómo jugaba Las Palmas, por poner un ejemplo. Aquí nunca lo conseguí y como no lo hacía, decidí que había que tratar de competir, de sacar los partidos adelante. Creo que el equipo estaba compitiendo. Eso sí que lo conseguimos.

- ¿Algún mensaje para la afición?

-Creo que ya se lo dicho todo a través de la carta de despedida de hoy (adjunta en esta misma página).