"Sí, es verdad que dije que a partir de enero de 2018, con el club saneado, podíamos empezar a escuchar ofertas, pero para nada hay que hablar de una venta obligada. Ahora no necesitamos ningún inversor". Javier Fernández dejó para el final responder, de manera contundente, a la cuestión que en más ocasiones se repitió durante la junta: ¿va a vender el club el año que viene?. "No voy a poner fechas. Luego se toman al pie de la letra, y me arrepiento", señaló más tarde, haciendo referencia también a lo que ahora valora más inmediato, los pasos a seguir para el cierre del proceso concursal.

"No voy a repetir los sucesos del 2014-15. Cualquier cosa que hagamos será privadamente", comentó Fernández respecto al proceso de venta que se abrió con anterioridad y terminó fracasando. "Que me pidan que me vaya ya no me parece algo anormal, lo que me molesta es que no se valore lo que estamos haciendo. Ahora es más fácil llevar el club hacia arriba", señaló respecto al fin de la deuda y la mejor situación económica. "Como lo hice en 2014, pido perdón por no haber supervisado mejor la gestión que se estaba haciendo", apuntó sobre las responsabilidades que, anteriormente a su entrada al consejo, asumió José Fernández. "Me he quedado satisfecho con las explicaciones que he dado. Completan el camino de tres años en las que se ha pasado a tener prácticamente solucionada una situación ruinosa", expuso el presidente. "La situación deportiva no es fácil. Estamos preocupados. Al Sporting le hace falta subir, pero no por necesidad económica. Herrera era un hombre deseado. Nos han hablado maravillas de Baraja. La intención es agotar el tope salarial", concluyó el dirigente rojiblanco de cara al mercado invernal.