"Nos falta saber manejar el juego, no ser tan verticales, descansar con la pelota. Hay que saber llevar el tempo del partido". Rubén Baraja, entrenador del Sporting, lamenta que su equipo terminara sufriendo ante el Córdoba después de marcharse al descanso con dos goles de ventaja en el marcador. "No fuimos capaces de matar el partido", asume el técnico rojiblanco. "Tuvimos la oportunidad de hacer el cuarto y al final casi pudo ser un 3-3. Nos faltó contundencia defensiva y fue Mariño quien nos lo solucionó", afirma el Pipo.

"Estamos en un proceso de tratar de mejorar. Cuando quieres que se cambie una dinámica lo más importante es tratar de crear una identidad", subraya Baraja. "Somos un equipo en construcción y crecer desde el resultado positivo ayuda", añade tras reconocer los apuros para conseguir el triunfo ante el Córdoba. "Tenemos que ser contundentes en las dos áreas y en este caso lo hemos sido en el área rival. Después, en la nuestra, Mariño ha sido definitivo. Ganar es complicado en el fútbol y siempre tiene que haber ese detalle que te ayude", explica.

El Pipo celebra que la reaparición de Sergio se tradujera en un triunfo. Sergio teníamos dudas de cuánto tiempo iba a aguantar. Nos ha dado lo que el partido requería. Es una pieza importante", apunta. En cuanto a la entrada de Castro en el once y la suplencia de Scepovic, el técnico es claro. Fue por decisión técnica. Castro nos podía dar esos movimientos y esa finalización que le caracterizan. Me gusta que todo el mundo esté preparado para aportar. Lo importante es tener posibilidades y que la gente te dé rendimiento", destaca.

Por último, Baraja evitó centrar las culpas de los dos tantos del Córdoba en Jordi Calavera. "Son todo situaciones de partido. No hemos estado acertados en la decisión previa a ninguno de los dos goles del rival. Todos tenemos que mejorar para que el equipo sea más compacto y más sólido. Forma parte del trabajo del día a día", concluye.