El Sporting se topó en Lorca con su realidad. La que dicta que es un equipo frágil al que viajar le hace dudar. "Estoy decepcionado con el resultado", reconoció Rubén Baraja tras el empate en la visita al colista, el Lorca. "Cuando tuvimos la oportunidad de dar un golpe psicológico con el penalti, ha sido al revés. Les ha espoleado a ellos pensando que podían sacar un buen resultado", lamentó el entrenador del Sporting. "Hay que hacer bueno este punto en los siguientes partidos. Queda tiempo y tengo confianza", subrayó de cara a poder alcanzar los puestos de promoción.

"Veníamos con la ilusión de cambiar la dinámica y ganar. No estamos contentos. Sabíamos que iba a ser difícil. Fue un partido competido, completo en lo defensivo, pero nos faltó eficacia en las ocasiones que generamos", destacó Baraja sobre sus sensaciones del duelo ante el Lorca. "No ha alterado en nada lo planes el hecho de encontrarnos con la defensa de cinco del rival. Ya sabíamos que teníamos que tener paciencia para intentar atacar bien. Lo que pasa es que cuando un equipo se echa atrás, no es fácil", explicó sobre el férreo entramado que preparó Fabri para romper con una racha de diez jornadas sin puntuar.

"Nos ha faltado tener más continuidad en el juego y sumar pases para poder ir hacia adelante. Hemos tenido ocasiones, pero no las hemos aprovechado", recordó Baraja, que evita concretar si al equipo le puede pesar demasiado llevar más de cuatro meses sin victorias a domicilio. El Pipo tampoco se atrevió a puntualizar si, por momentos, existe cierta falta de confianza entre sus jugadores para acabar de quitarse de encima esa presión.

"Fue una pena la lesión de Nano tan pronto", señaló el técnico. "Hay que equilibrar la diferencia entre fuera de casa y El Molinón. Hemos sido capaces de dejar la puerta a cero tras recibir siete goles fuera. No conozco otra receta que seguir trabajando", concluyó el entrenador rojiblanco tras el empate en el Artés Carrasco.