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El orgullo de Mareo

Iván Elena, Yoel, Gragera y Gaspar están a las puertas del filial tras haber pasado por todas las categorías inferiores del Sporting

Por la izquierda, Iván Elena, Yoel Palacio, José Gragera y Gaspar Campos-Ansó, en Mareo. MARCOS LEÓN

Acotar la denominación de canterano siempre ha generado debate. Hay quienes se rigen por aquellos jugadores que han completado su formación en el club, aunque ese proceso, antes de saltar al primer equipo, sólo haya durado un año. Los más puristas exigen una vinculación más amplia para poder usarlo con propiedad. Para Iván Elena, Yoel Palacio, José Gragera y Gaspar Campos-Ansó no hay debate que valga. Empezaron en Mareo a los ocho años y han pasado por todas las categorías inferiores del Sporting hasta ahora, que en edad juvenil, ya han empezado a llamar a la puerta del filial. Iván Elena y Gragera incluso ya han debutado en Segunda B.

Iván Elena (Mallorca, 27-4-1999) lleva en la sangre el fútbol y su sportinguismo. Hijo del exjugador Marcelino Elena y sobrino del también exrojiblanco Tomás Hervás, dio sus primeras patadas al balón en el Arenal antes de llegar a Mareo. "Esta es mi undécima temporada en el club. Mareo es mi segunda casa y el Sporting, mi segunda familia. Jugar aquí es un orgullo para mí", subraya el rojiblanco. Internacional sub-18 y sub-17, posee una polivalencia que se resume en que esta temporada ha actuado como pivote, mediapunta, volante y punta en el juvenil de División de Honor. Entre sus fortalezas, los técnicos destacan que "tiene muchísima llegada".

"Defender este escudo supone una gran alegría para los que, además de tener el orgullo de jugar en este club, somos sportinguistas de toda la vida", afirma Yoel Palacio (Gijón, 6-5-2000). Él comenzó a jugar en su colegio, el Jacinto Benavente, desde donde se incorporó al Roces. A partir de los 8 años, su equipo ha sido el Sporting. "Su gran poderío físico y su buen juego de cabeza le permite adaptarse también a la posición de central", puntualizan en Mareo sobre este lateral derecho que ya se ha dejado ver, alguna vez, por la banda izquierda.

José Gragera (Gijón, 14-5-2000) ya estaba dándole al balón con cuatro años, en el colegio La Asunción. "Jugar en el Sporting, siendo de Gijón, para mí es el mayor orgullo. Y el poder pertenecer a esta cantera con tanta historia, una gran satisfacción", destaca este centrocampista que ya estuvo a las órdenes de Paco Herrera esta misma temporada. Lo hizo como refuerzo en un entrenamiento del primer equipo en el que avaló los informes que le sitúan como "un centrocampista puro, con rápida y buena ejecución"

Gaspar Campos-Ansó (Gijón, 27-3-2000) también compartió en La Asunción sus primeras experiencias en el fútbol, dando muestra de que El Bibio ha sido un gran caladero rojiblanco en la generación del 2000. "Es un orgullo enorme pertenecer a una de las mejores canteras de España, y más llevar tanto tiempo en un club al que le debo todos mis éxitos conseguidos hasta el momento", afirma el internacional sub-16 y sub-17. "Es un volante ofensivo de calidad", detallan quienes le siguen de cerca. Las lesiones le han dado la lata en los últimos tiempos, pero es otra de las grandes promesas rojiblancas.

"Uno siempre está pensando en trabajar para cumplir el sueño de jugar algún día en El Molinón", concluye Gaspar como un resumen de lo que persigue todo canterano de Mareo.

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