Como si fuese una metáfora de lo que El Brujo fue en vida, de su generosidad que tantas personas pudieron conocer de primera mano,la estatua de Manolo Preciado, otro ídolo de la hinchada sportinguista, luce estos días una gran cantidad de flores a su alrededor.

Parece algo así como si Enrique Castro "Quini", hombre cercano y siempre volcado en los demás, haya "compartido" incluso hasta después de su fallecimiento, en este caso parte de las centenares de ofrendas florales que recibió. A El Molinón llegaron innumerables coronas y ramos y, en ese frenesí de florido homenaje, ha florecido hasta el recuerdo a Preciado.

En realidad, la estatua del entrenador cántabro, quien consiguió devolver al Real Sporting a primera, nunca ha estado sola. Casi siempre - por no decir siempre- está acompañada de flores o de una bufanda o distintivo rojiblanco. Así ha sido desde que se inauguró en junio de 2013 después de haber sido costeada a través de donativos populares.

Pero lo de esta vez se sale de lo normal. La estatua de Preciado está totalmente rodeada por flores. Y es que su recuerdo también ha florecido junto a El Molinón con la despedida a la mayor leyenda del sportinguismo: Enrique Castro "Quini".