"¿Todo esto ye mío? ¿Tengo tantos premios?". Alberto Estrada y Víctor Sariego aún recuerdan la cara de Quini cuando se encontró en un mismo espacio en un local de Roces con todos los reconocimientos y recuerdos que El Brujo se había ganado en su trayectoria como futbolista y tras su retirada. Una muestra con 10.000 piezas clasificadas, de ellas 6.000 fotos, y las otras 4.000 piezas con trofeos, regalos, detalles y numerosas camisetas. "La sociedad se alegraría si esta muestra viese la luz y lo disfrutaría un montón", señala Víctor Sariego. "Es hora de que se vuelva a impulsar el proyecto del museo para Quini y su hermano Jesús Castro", destaca Alberto Estrada.

Son dos de los impulsores de la Fundación dedicada a Quini y a su hermano Jesús, que vio la luz en 2011, y que nació para reunir toda la historia de la vida de Quini. "El Brujo quería juntarlo todo, porque no disfrutaba tener desperdigados todos sus reconocimientos. Estuvimos durante muchísimo tiempo clasificando todos los archivos", destaca Estrada, que reclama ahora con su muerte que se busque un espacio para ver todas estas reliquias.

Víctor Sariego está convencido incluso de que un museo dedicado a los hermanos Castro "tendría más visitas que el Museo del Prado", y lo justifica explicando que "estamos viviendo en un mundo cruel y desarraigado, por lo que necesitamos ver gestos humanos. Por eso apuesto a que tendrá miles de visitantes al año. En España los que más visitas reciben son los del Madrid y el Barcelona".

Entre las muestras que se recogieron en su momento, y que ahora se encuentran bajo la custodian las personas que están actualmente al frente de la Fundación Quini, están los siete trofeos "Pichichi". "Estaban en mal estado y los arreglamos", señala Alberto Estrada. Y junto numerosos trofeos también hay camisetas de Maradona o Cristiano Ronaldo.

La de las camisetas que recopiló Quini para esta colección es una historia curiosa. "El Brujo no se atrevía a decirle a los futbolistas que la firmasen, porque a él le daba palo cuando estaba en activo, y no quería hacerles pasar un mal trago. Primero empezó con los futbolistas asturianos, y después fue pasando a otros del Madrid, Barcelona o Valencia hasta llegar a las 250 camisetas", destaca.

En su momento existió un proyecto de juntar todos los recuerdos de la vida de Quini y Jesús en el Museo del Pueblo de Asturias, pero el proyecto se frenó. También se estudió que estuviese en El Molinón, pero esa idea no tuvo acogida finalmente por el hecho de evitar hacer distinciones en el campo entre Quini y Castro con otros jugadores históricos. "Tiene que estar fuera de El Molinón para que tenga su entidad propia", comenta Víctor Sariego.

Alberto Estrada tiene en su local de Cerámicas La Guía algunos recuerdos propios de El Brujo, como una estatua que elaboró su hijo Tato, un balón firmado, fotos o un periódico que se utilizó para un proyecto audiovisual que anunciaba la liberación de Quini. Allí, en su local, también se reúnen Inma Fidalgo, que participó en la clasificación de archivos de Quini, y dos personas que trabajan en el recuerdo de la figura de su hermano Jesús, como Luis Pereda, presidente de la peña Inter, y Esther Canteli.

"No hay ningún ejemplo internacional de dos hermanos salidos de una familia humilde, que hayan destacado en el terreno de juego, y que fuera de él uno haya dado su vida muy joven por auxiliar a dos chiquillos en una playa y el otro haya sido un gigante en la lucha contra el cáncer", señala Canteli. Y Luis Pereda aprovecha para contar una anécdota de Castro. "Cuando debutó con 17 años en Vigo los compañeros le gastaron una broma, dejaron las maletas dentro del campo y echaron a correr, Castro fue por ellas, pero la gente del campo no le dejaba entrar porque era un chaval y no se creían que jugase al fútbol".

En ese museo el público podría ver por ejemplo un libro dedicado por Pelé para Quini, que era muy apreciado por El Brujo. Pero el lado humano también cobra una gran importancia. "Impactará ver los regalos que tienen a nivel personal y humano. Quini cuenta con trofeos que son maravillas, pero tiene placas dedicadas de todos los equipos por su humanidad", comenta Inma Fidalgo, que añade que "de Castro hay una escultura de los bomberos por su acto heroico y placas de agradecimiento por toda la ayuda que ofreció".

Recuerdos que disfrutaron las personas que los recopilaron, y que ahora esperan que todo el sportinguismo y los aficionados al fútbol puedan tener la misma suerte.