La buena racha de resultados tiene premio añadido. Rubén Baraja invitó ayer a comer a jugadores y auxiliares de la primera plantilla. No fueron los únicos. El entrenador del Sporting también hizo partícipes a Miguel Torrecilla, director deportivo, y Falo Castro, hermano del recientemente fallecido Quini, al convite, realizado en el restaurante Casa Kilo. El técnico quiso así cambiar la rutina después del entrenamiento en Mareo. Los gijoneses encaran dos partidos claves de cara al final de temporada. El lunes visitarán al líder, el Huesca, y el sábado siguiente se medirán en El Molinón al segundo clasificado, el Rayo.