Quién le iba a decir al Sporting que a falta de doce jornadas para la conclusión del campeonato, en su visita al estadio de El Alcoraz, se encontraría a un Huesca situado ocho puntos por encima en la clasificación, siendo además colíder de la misma (y lógicamente con un partido menos por jugar).

Un equipo oscense cuyos números en casa son los mejores de la categoría, con un total de 11 victorias y 4 empates y sin haber aún conocido la derrota.

El Sporting por su parte no hace falta recordar que lejos de El Molinón, ni mucho menos puede considerarse entre los ´gallitos´ de la categoría. Aunque al menos haya en parte maquillado sus estadísticas gracias al empate y a la victoria cosechadas en sus dos últimas salidas. Eso sí, contra dos conjuntos que hace tiempo que tienen pie y medio en SegundaB. Y en ambos partidos mejor no entrar a valorar el juego desplegado por los rojiblancos.

Porque además llegados a esta situación actual el juego es lo de menos. Nadie se acordará de si jugamos bien o mal en caso de ganar al sorprendente Huesca de Rubi.

Lo cierto es que más allá de las frías cifras, la sensación que puede percibirse es que el duelo ante los azulgranas quizás llegue en el mejor momento posible para el Sporting. Se medirán así dos equipos con dinámicas un tanto dispares y esa podría ser la gran baza para los de Baraja de cara a asaltar El Alcoraz.

Un estadio con capacidad para apenas 5.500 espectadores, y que debe su nombre a una famosa batalla que tuvo lugar en el lejanísimo año 1096. En ella se dice que el mismísimo San Jorge se apareció en mitad de la contienda para decantar ésta en favor de los asediados en El Alcoraz.

Es de esperar que sobre el césped del pequeño estadio del Huesca, no se aparezca ni San Jorge ni ninguna otra ayuda divina o terrenal. Y que la batalla en este caso se incline en favor de las tropas visitantes.

Para ello, nada mejor que desde el primer minuto salir como si no fuesen las gradas de El Alcoraz las que rodeasen el césped, sino las de ese infranqueable fortín en el que se ha transformado El Molinón Enrique Castro Quini. Es sólo cuestión de creérselo.

De conseguir la victoria, el Sporting encadenaría por primera vez en lo que va de temporada cuatro triunfos. A esto se añadiría otro "récord": el de sumar dos victorias a domicilio también de forma consecutiva. Por no hablar de los minutos que Mariño pudiera añadir a su imbatibilidad. Nadie duda de que por ésta pasa sin lugar a dudas muchas de las posibilidades de que el Sporting se imponga al Huesca.

Para este reto tendrá Baraja que volver a recomponer su defensa. La ausencia de Barba obliga al ´Pipo´ a colocar por primera vez juntos a Guitián y Juan Rodríguez. Aparte de esto, no sería de esperar que una vez recuperado Bergantiños tras su partido de sanción, hubiese más cambios en el once inicial. La opción así de ver a Nacho Méndez como organizador, con Sergio cubriendo sus espaldas, no parece a priori contar de partida con muchas posibilidades. Quizás sí en el segundo tiempo conforme pudiera desarrollarse el encuentro.

La alineación más probable sería así la formada por Mariño en portería, línea defensiva para Calavera, Guitián, Juan y Canella; centro del campo para Carmona, Bergantiños, Sergio y Jony; por delante de éstos Rubén y arriba en punta Santos. Para los posibles cambios quedarían como principales candidatos a saltar al campo Pablo Pérez, Nano Mesa, el citado Nacho Méndez y tal vez Viguera.

Sin riesgo a exagerar en exceso se podría decir aquello de "no va más". Ganar en Huesca vistos los resultados de la jornada, además de suponer una victoria de prestigio y un plus añadido a la ilusión desatada por los buenos resultados de las últimas semanas, significaría mantener las distancias con algunos equipos que desde atrás vienen pisando muy fuerte, caso del Zaragoza. Y evitar que se alejen otros como el Rayo, el Cádiz o el propio Huesca, que ahora mismo marchan por delante.

Si Baraja tuviera que gritarles algo a sus jugadores justo antes de saltar a El Alcoraz, que recuerde las palabras que el personaje de Máximo Décimo Meridio en la película de El Gladiador dirigía a sus huestes: "Fuerza y honor". Lo de "a mí señal, ira y fuego" igual ya sería pasarse un poco. Aunque a veces es mejor pasarse que quedarse corto. Porque este Sporting fuera de casa, esta temporada quizás ha pecado muchas veces de eso. Y no es Huesca el mejor lugar para repetir viejos errores.

Post Scriptum: con el filial manteniendo las distancias al frente de su Grupo de SegundaB, quienes han dado un paso de gigante hacia el título son los juveniles, merced a la derrota de su máximo rival, el Deportivo, que cayó derrotado este fin de semana en su particular derbi ante el Celta. Pinta un final de temporada de grandes éxitos para la cantera de Mareo.