Caprichos del destino han querido que en esta jornada 31 de Segunda División, se midan entre sí los primeros cuatro clasificados. Como si de una suerte de playoff por el ascenso directo, se enfrentarán así el cuarto, el Sporting, contra el primero el Rayo, mientras que en la otra supuesta eliminatoria se habrán de ver las caras tercero contra segundo; o lo que es lo mismo, Cádiz contra Huesca.

A estas alturas de la temporada, la clasificación suele ya responder a los méritos contraídos por unos y por otros. O a los deméritos en algunos casos. Por ello, el Rayo mientras no se demuestre lo contrario merece ser considerado como el mejor equipo de esta igualadísima Liga123. Sin embargo, como local, los de Baraja superan los números del equipo madrileño. Porque ha sido fuera de Vallecas donde el conjunto rayista, el mejor equipo a domicilio, ha fraguado esa ventaja de cinco puntos que ahora mismo le separa del Sporting.

Con estas estadísticas, vaticinar un resultado es si cabe más complicado que nunca. Es así el clásico partido donde los quinielistas optarían por una X. Un empate que seguro daría por bueno el Rayo pero con el que el Sporting no puede conformarse, si de verdad quiere entrar en los últimos diez partidos de la temporada con opciones reales de lograr el ascenso directo.

Luego los partidos salen como salen, y quizás lo que ahora no se da a priori por bueno, a la conclusión de los 90 minutos se da como buenísimo. Eso ya es harina de otro costal.

Como es sabido, en los prolegómenos del partido se confeccionará en las gradas un mosaico gigante como homenaje a nuestro eterno Brujo. Será además el primer encuentro donde el estadio luzca sobre la Tribuna Este su flamante nueva denominación.

También parece capricho del destino el que todo esto vaya a tener lugar coincidiendo con la visita de un Rayo, que hace décadas fue protagonista indirecto de aquella volea de Quini a cuya imagen todos los sportinguistas nos postramos.

Con todos estos ingredientes y con un estadio que a pesar de la anunciada climatología adversa, presentará un lleno hasta la bandera, el equipo de Baraja se juega mucho más que tres puntos. Porque de lograr la que sería su octava victoria consecutiva en casa, encandenando además cinco triunfos en los últimos cinco partidos jugados, el subidón anímico tanto del equipo como de su afición sería tal, que parecería casi imposible que nada ni nadie pudiese detenerlo a la hora de cumplir ese único objetivo planteado desde el primer momento.

Para tratar de doblegar al Rayo, Baraja recupera a uno de sus supuestos centrales titulares, Alex Pérez. No ha podido ser en el caso de Fede Barba. El 'Pipo' veremos finalmente por qué dupla se decanta, aunque todo hace indicar que serán Alex Pérez y Guitián quienes repitan la titularidad que ya compartieron en el partido ante el Numancia y en el que tan buen resultado ofrecieran.

En el resto del once no se esperan sorpresas. Y es que uno de los mayores méritos de Baraja es el de haber sido capaz de conformar un equipo titular sobre el que sólo efectuar los necesarios retoques cuando las lesiones o las sanciones obligan a ello.

Un equipo que más allá de las individualidades de Jony, indiscutiblemente el que jugador más desequilibrante que tiene Baraja, está funcionando casi de memoria. Y que ha aprendido a ser paciente cuando la ocasión lo requiere, a sabiendas de que con agresividad, sentido táctico y sin perder nunca la concentración, en cada partido dispondrá siempre de sus oportunidades de cara a la portería contraria. Y si ahí luego cuenta además con goleadores en racha como puede ser el uruguayo Santos, las posibilidades de victoria aumentan exponencialmente.

Huelga decir que pase lo que pase ante el Rayo, con 30 puntos por delante, nada estará conseguido ni nada estará perdido. Pero tan cierto como que ganando, estaremos tres puntos más cerca de Primera. O incluso un poquito más cerca.

Post Scriptum: como no puede ser de otro modo, el Sporting y todo el sportinguismo se han unido al dolor de Santiago Cañizares por la pérdida de uno de sus hijos. El niño, de apenas cinco años, falleció tras combatir como un campeón contra la leucemia. Nuestro Brujo cuidará muy bien de él. DEP.