La liga te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Ahí tienes al Sporting líder de Segunda cuando hace dos meses se veía complicada la opción de la vía indirecta para el ascenso: promoción a cuatro. La sección optimista de la Mareona salió del Tartiere con la moral bajo mínimos; en el "cielo azul" todo despejado, sin nubes. Decíamos ayer, ratificamos hoy, que el derbi no era el fin, era el medio para el premio final: regresar a la liga de los grandes. ¡Esto es fútbol! Se dice ante lo inexplicable. Victoria en Almería cuando hace unas semanas ganar al filial del Sevilla parecía un problemón: vencer sin gol de Santos fue posible. Ganar al líder a domicilio al Huesca era tarea titánica: cayó el equipo oscense con Rubi y todo. Pero convine recordar que "los halagos debilitan" según sentencia previa de Baraja. Nada de celebración a nueve semanas de la explosión final: contenidos los quiere el Señor. ¿Pero se puede enmarcar la clasificación de esta semana, acudir con ella a la Santina y que nos deje así en la jornada 42? Este equipo tiene ángel, patrón y recomendación desde el palco del 9. Así, con trabajo y pizquina de suerte, los milagros son posibles.

El Sporting tuvo opciones de salida. El Almería también. El árbitro pitó penalti cuando menos parecía pero antes lo pudo hacer también. En el inicio Rubén se quedó paralizado cuando le llegó un balón destinado a la red de René. Luego decidió que Santos era el que resolvía. Y el uruguayo tampoco resolvió. Pozo hizo una pequeña obra de arte y se fue al palo. El rechace posterior no lo aprovechó medio Almería que estaba por el área. Todo esto sucedió en Los Juegos del Mediterráneo en seis minutos. Paramos el relato. No hay quien siga narrando esa primera parte de ida y vuelta que podía acabar con gol en cualquiera de las porterías rojiblancas. Aunque el Sporting llevara segunda equipación, todo era en blanco o rojo, arriba y abajo. La Mareona -sección cabo de Gata y Mojácar- creía; tenía fe en la victoria. Era un domingo señalado para ese triunfo en el otro extremo de la península futbolística y geográfica.

Ese equipo ha cogido velocidad de crucero. En los próximos nueve retos, salir convencidos como ganadores potenciales tiene un valor decisivo: no son las piernas, es la mente la que vence. Con esa mentalización, Jony -que se dice torpe el domingo- sigue recuperando, llevando y alojando el balón en la puerta rival. Está fresco en su propia torpeza. En Málaga se desgastó poco. Tiene el depósito a tope. Sumamos el "servicio funciona" de Carmona que repara, conduce y remata si hace falta. Podemos añadir a la lista a todo el equipo habitual. Incluso los interinos cumplen como si tuvieran la plaza de titular por oposición. En esa dinámica, podría caerse en el error de creer que será coser y cantar ganar cada domingo. Como nos muestran las enseñanzas de maestros de la costura: hay que saber interpretar los patrones como se debe: ¿Que tienes a un defensa -Canella- con tarjeta amarilla? Pues lo cambias por un italiano experto en cortar al rival. Logrando el objetivo de evitar un roto por el centro o por el costado izquierdo y dejando a un tal Jony todo ese espacio para que suba, baje, se haga con los planes de Alcaraz y los termine chafando. Así vino el segundo gol, donde el diseñador de exteriores cangués descosió a la defensa almeriense y dejó planchado para Hernán el remate final.

El próximo domingo con las notables bajas de Santos y Sergio habrá que tirar de fondo de armario para salir bien armado ante el Reus. Otro reto más para un líder provisional, con vocación de permanencia y que sabe manejar los patrones adecuadamente.