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Los vitorianos que nunca fallan en El Molinón

Pedro y Eric Menéndez mantienen la pasión por el Sporting de Rosendo, su padre y su abuelo, que emigró de Caldones al País Vasco y falleció hace tres años

Pedro y Rosendo, en Gijón, en un partido del Sporting. LNE

"Él siempre nos hablaba del Sporting. Durante toda su vida lo tuvo presente". Pedro y Eric Menéndez recuerdan así a Rosendo, un gijonés que a mediados del pasado siglo se fue a Vitoria en busca de oportunidades para prosperar en la vida. No volvió más a Caldones, la parroquia gijonesa en la que nació, pero formó una familia en tierras vascas forjada en valores asturianos. Empezando por el fútbol. Abonado al Sporting, hizo que su hijo y su nieto se hicieran también socios. Los tres venían a El Molinón desde Vitoria cada día de partido en El Molinón y volvían al terminar el encuentro. Rosendo falleció en 2015. Ahora, hijo y nieto mantienen la tradición.

"Ya somos una generación más de sportinguistas. La hija de mi actual pareja tuvo un niño en diciembre. Se llama Julen, y le hemos sacado el carné de yogurín", explica Pedro Menéndez. Al pequeño de la casa le esperan, en unos años, seis horas de coche cada día que juegue el Sporting en El Molinón, unos 650 kilómetros. Ni Pedro, ni Eric se cansan. "En Vitoria nos dicen que estamos un poco 'chalaos', pero nos da igual. Esta temporada ya hemos ido también a Huesca y tenemos pensado estar en Valladolid. Eso, de momento", comentan sin descartar visitas tan lejanas como la de Tenerife.

"El primer partido que vinimos los tres, mi abuelo mi padre y yo, fue el de la promoción de ascenso a Primera con Abelardo. Ante la Unión Deportiva Las Palmas. Todo fue parte de una sorpresa", explica Eric. "Recuerdo que había empezado el Mundial de Brasil y, mientras ellos veían los partidos, me metí en internet y saqué entradas para El Molinón. Cuando se lo dije a mi abuelo se le iluminó la cara. ¡Menudo brinco pegó! Nunca le vi vestirse tan rápido para ir a algún sitio", rememora este chaval de 24 años, que conserva la foto de ese día, los tres juntos, en el campo, con especial cariño. "Ahí fue cuando nos propusimos hacernos socios los tres", añade.

Pedro Menéndez, a sus 58 años, ya está jubilado y tiene "más libertad" para acompañar al Sporting. "Ahora colaboro también con el Centro Asturiano de Vitoria, del que mi padre, además, fue socio fundador. Formo parte de la junta directiva", señala, con orgullo, el hijo de Rosendo y Rosario, esta última, vitoriana. Eric, trabajador de la ITV en Vitoria, se las ingenia para poder animar también a los rojiblancos lejos de El Molinón. "Los últimos dos años en Primera fuimos incluso a un montón de campos", comenta.

Habituales de la Tribunona, porque "ya que nos pegamos tantas horas de carretera había que escoger un buen sitio", Pedro y Eric asumen que tocará sufrir para disfrutar del ascenso. "La clave va a ser quién llegue más fuerte a las últimas cinco jornadas. Ahí es donde se decide todo", afirman estos dos sportinguistas que también fueron, en su día, socios del Alavés. Un club, este último, que se ha ganado una mayor simpatía por parte de la afición rojiblanca desde que Abelardo e Iñaki Tejada, los técnicos con los que se conquistó en Gijón el último ascenso y la última permanencia en Primera, se convirtieran en entrenadores del conjunto vasco. "Tenemos varias fotos con él. Es un fenómeno", concluyen sobre la gran campaña que también está protagonizando el Pitu. "No sé si la próxima temporada jugaremos en Mendizorroza. Lo que tenemos claro es que nosotros seguiremos haciendo la locura de intentar seguir al Sporting a todas las partes", concluye la familia Menéndez.

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