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"Hablo con Herrera; se alegra de la marcha del equipo"

"He querido jugar cuanto antes tras la fisura craneal sin pensar en los riesgos, quería ayudar, y utilizar el casco lo vi innecesario"

- ¿Por qué no funcionaron las cosas con Paco Herrera?

-No hablamos muy a menudo, pero sí lo hacemos cuando hay algo que contarnos. Herrera se alegra de la marcha del equipo, me consta. Es un sportinguista más. De su marcha poco tengo que decir. Fue un momento complicado por las bajas que teníamos. Además enganchamos una serie de resultados difíciles para el objetivo que teníamos. Él me abrió la puerta para venir a Gijón y le estoy muy agradecido.

- ¿Por qué eligió el fútbol?

-Por mi padre, José Manuel Pérez, un loco del fútbol. Jugó diez años en la cantera del Madrid, hasta llegar al Castilla. Luego estuvo en el Celta de Vigo, Díter Zafra? Hizo sus pinitos. Empezó de central y acabó de delantero. Iba muy bien de cabeza. Mi hermano, Marco, diez años mayor que yo, también jugó. Estuvo en las categorías inferiores del Rayo y del Atleti y llegó al filial del Espanyol. Él era mediocentro defensivo.

- ¿Y usted de qué jugaba?

-Empecé de mediocentro hasta que llegó un entrenador, cuando estaba en el cadete del Moscardó, y me dijo: "Con la altura y la velocidad que tienes, tú eres central". Y ahí me quedé.

- ¿Cuál fue su primer equipo?

-Lo mío es un poco atípico. Todos empiezan de muy pequeños, yo lo hice a los doce años, en el Hayedo de Moratalaz. De ahí pasé al Moscardó y al segundo año de cadete hice las pruebas en el Getafe, me cogieron y continué hasta el primer equipo.

- ¿Cómo fue su etapa en el Getafe?

-Debuté con 18-19 años en Primera y Liga Europa, pero luego por cosas un poco extradeportivas se truncó mi carrera.

- ¿Qué pasó?

-A día de hoy, no lo sé. Ocurrieron cosas raras. Me vi en una situación en la que no querían rescindirme el contrato ni reunirse. Luego, me dejaron sin ficha. Fue un cúmulo de cosas que me hicieron bastante daño. Me tuve que ir a Estados Unidos porque cuando me desvinculé era el único mercado abierto.

- ¿Por qué volver a España?

-No era feliz allí. Lo que quería del fútbol no lo conseguía. Quería lo más alto, jugar en la élite y sentirme profesional y futbolista. Regresar a Europa en esas circunstancias no es sencillo. Cuando surgió la oportunidad de hacer una prueba con el Valladolid, ni me lo pensé.

- ¿Cómo valora su primer año en Gijón?

-Ha sido la mejor decisión que he podido tomar. El club lo tiene todo y además es muy familiar. Es raro encontrarlo.

- Dicen de usted que es muy líder en el vestuario, junto a su compañero en la defensa, Barba.

-No lo llamo liderazgo. Lo que intento es ayudar. Si puedes pegar una orden o echar una mano a la hora de colocar a alguien, o levantar el ánimo, ¿por qué no lo vas a hacer? Hay que estar atentos a los detalles y eso me gusta, porque es lo que me han enseñado en casa. Mi padre es de los que lo vive mucho, es el primero a la hora de pegar una voz. Somos un equipo, estamos muy unidos. Necesitamos de todos.

- ¿El golpe de Sevilla fue el mayor susto que ha tenido en el fútbol? (sufrió una doble fisura craneal)

-Sí, junto a un problema en la rodilla en juveniles, para el que al principio no se encontraba solución. Lo de Sevilla fue un momento delicado. Perdí el conocimiento, lo recuperé en la camilla y me tuvieron que parar porque quería volver al campo. Después vi las imágenes del golpe, por curiosidad, y espero no verlas nunca más. Me he recuperado lo más rápido que he podido.

- Sorprendió verle de vuelta tres partidos después.

-Tengo una forma de ser que me lleva a no pensar muchas veces en los riesgos. Quería ayudar al equipo. En cuanto me sentí un poco estable, me metí. Y no me arrepiento. Me tiré una semana en la cama, con vértigos y demás, y me pareció un año. El casco con el que jugaba, sabiendo la protección que aporta (un 10%) también lo vi innecesario. Me sentía incómodo. En la primera semana me dolía, y evitaba ir de cabeza. Luego ya, ni lo piensas.

- ¿Cuáles son sus referentes?

-En cuanto a divertirte viendo fútbol, Ronaldinho. Como central, ahora mismo en España tenemos a los mejores del mundo: Piqué y Sergio Ramos. También he visto muchos partidos de Hierro. Me gusta su forma de jugar y su elegancia.

- ¿En qué futbolistas se ha apoyado en su carrera?

-Nacho Novo es uno de ellos. En el Getafe me apoyaron mucho Albín y Ustari. La primera vez que salí de casa (Huesca) Joaquín Sorribas me dio muchos consejos, aunque al final no le hice mucho caso (ríe).

- ¿Qué le diría a la afición?

-Si han estado con nosotros en las malas, ahora en las buenas les necesitamos más. Hay que estar agradecido a la mucha gente que se desplazará a Valladolid. Siempre les sentimos cerca.

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