No fue el del centenario el mejor día para Jony. El Cádiz le tenía bien estudiado y limitó su juego hasta el punto de que Baraja decidió sustituirle en la jornada en la que cumplió cien partidos con la camiseta rojiblanca. El cangués se retiró protestando, aparentemente más por sentirse molesto de no haber podido ayudar al equipo como le hubiera gustado, que por otros motivos. El Pipo tendió su brazo para darle una palmadita en la espalda y tratar de calmar su enfado. Jony intentó agacharse para evitar el contacto y continuó verbalizando su "calentón". El técnico vallisoletano parece no haberlo querido dejar pasar. Antes de iniciar el entrenamiento de ayer llamó a Jony a su despacho.

Indiscutible para Baraja y clave en la reacción del Sporting en este último tramo de la temporada, Jony ha mostrado su total implicación tanto en la manera en la que llegó cedido del Málaga en el mercado de invierno, como en su forma de sortear las lesiones, infiltrándose para mitigar el dolor y ayudar al Sporting. Ese alto grado de responsabilidad se canalizó en Cádiz de una manera que no pareció gustar demasiado a Baraja. Al cangués, que en la primera parte ya había abroncado a Mariño por no enviarle un balón en largo en una acción en la que tenía espacio por delante en el carril izquierdo, no le estaban saliendo las cosas. Acabó de echar fuera su rabia cuando vio que era el elegido para ser sustituido.

Minutos antes de iniciarse el entrenamiento en las instalaciones de Mareo, el primero tras el empate en el Ramón de Carranza, Baraja se dirigió al vestuario de los jugadores. Lo abandonó poco después en dirección al usado por él mismo y sus ayudantes. Le siguió Jony. Tras cinco minutos de reunión, la jornada continuó con normalidad. El equipo descansa hoy y mañana vuelve a los entrenamientos a las 10.30 horas.