Las posibles combinaciones que se estudiaron antes del encuentro cayeron en saco roto ya que ninguno de los cuatro primeros clasificados del Grupo II fallaron. Todos ganaron. Incluido el Sporting B y el Mirandés, al que miraba de reojo el filial gijonés para ser campeón, pero los burgaleses vencieron por 1-0 al Gernika. El equipo gijonés también superó al Arenas de Getxo, pero no sin sufrimiento. Fue en el minuto 93 cuando Traver conectó un potente disparo desde la frontal que le daba los tres puntos al conjunto de José Alberto y le hacía saltar del cuarto puesto clasificatorio en el que se encontraba en ese momento al segundo que defendía. Finalmente, el Sporting B tuvo que conformarse con el subcampeonato sumando 75 puntos, uno menos que el Mirandés.

Los rojiblancos mostraron dos caras bien opuestas en el duelo. En la primera estuvieron apáticos, atropellados en su juego y desubicados, encontrándose con un rival que no se jugaba nada, pero que no vino a pasearse a El Molinón. Luisma Villa marcaba por partida doble. Cada gol suponía un duro mazazo doloroso. El filial estaba desencajado por completo y no era, ni mucho menos, su tarde más gloriosa de fútbol. Los rojiblancos caían a la tercera plaza en ese momento tras adelantarse la Real Sociedad B frente al Peña Sport. Era una tarde de transistores (y también de aplicaciones móviles) para conocer el resultado del resto de los rivales que libraban una lucha paralela por ser campeones. El filial sólo contabilizó como ocasión de peligro un mano a mano de Claudio con Txemi que venció el portero. José Alberto López movió el banquillo y le dio un giro radical al equipo en su paso por los vestuarios. Incluso cambió el dibujo táctico con un novedoso sistema en el que utilizó a tres centrales (con la entrada de Cristian Salvador por Nacho Méndez) y con dos carrileros. Ahí encontró el éxito llevando el peligro con dos jugadores pegados a la línea de cal que abrieron los espacios. Ramón, por la izquierda, fue uno de los más destacados en estas acciones y en uno de sus centros encontró a los dos minutos de la reanudación a un certero Pablo Fernández que daba esperanzas de remontada. Claudio se relamió mandando el balón al lateral de la red tras otro centro del reconvertido carrilero zurdo y el Sporting B pasó a jugar por completo en campo rival. Incluso en muchas fases de la segunda mitad, con los diez jugadores rojiblancos pisando el campo rival. Eso le hizo correr riesgos, pero le mereció la pena. El empate llegó aún con media hora por delante tras una internada de un eléctrico Cayarga que revolucionó con sus movimientos el equipo. La defensa del Arenas no acertó a despejar y Pablo Fernández, el más atento en el área rival, marcó el empate.

Y cuando lo necesitó, Dani Martín respondió para salvar a su equipo de los tantos de Luisma Villa y Cristóbal. El Sporting B bajaba una posición y era cuarto ya que el Athletic B también vencía su encuentro. Y justo cuando Pedro Díaz reclamaba un claro penalti por agarrón, el Mirandés marcaba ante el Gernika poniendo cuesta arriba la posibilidad de ser campeón.

Los minutos pasaban y los marcadores no se movían. Todos los rivales de los rojiblancos vencían, pero un gol le permitía recuperar la segunda posición que perdió desde el primer tanto del Arenas de Getxo. Tiró de fe e ilusión para conseguirlo y en un balón suelto, Traver conectó un potente disparo desde la frontal que, tras rozar en un defensor, despistó lo justo a Txemi para batirle. La alegría se desbordó por completo en el banquillo y los jugadores rojiblancos se fundieron en una piña. Lucharon con ilusión, creyeron en sus posibilidades y, al menos, consiguieron mantener la segunda posición. El resto, no estaba en sus manos.