Del mismo modo que 'El Cholo' Simeone tendrá que ver la final de la Europa League desde un palco, nuestro 'Pipo' Baraja habrá de afrontar del mismo modo su particular final ante el Tenerife este próximo viernes.

Una final la del Real Sporting (Sociedad Anónima Deportiva para nostalgia de quienes conocieron al club sin ese calamitoso 'apellido') que habrá que ganar sí o sí, para poder seguir al menos teniendo motivos para creer en el ascenso por la 'vía rápida'.

Pero si ya se había avisado de la peligrosidad del último rival y de sus números a domicilio, que no eran como para subestimarlo a pesar de su clasificación, ¿qué decir entonces del Tenerife si en este caso echamos un vistazo a sus guarismo como local? Pues ni más ni menos que el equipo chicharrero en el Heliodoro Rodríguez López durante lo que va de temporada únicamente ha perdido sólo dos encuentros de los diecinueve disputados; sólo superado en ese aspecto por Huesca y Cádiz, con una única derrota como locales.

Así que muchísimo cuidado con confiarse por aquello de que el Sporting se enfrentará a un equipo que prácticamente se ha quedado sin opciones de entrar en el playoff; más que nada por culpa de estas últimas cinco jornadas que lleva sin ganar, habiendo sumado en ellas dos puntos de los quince en juego.

Tras los sorprendentes resultados de la última jornada, el sportinguismo se dividía entre los que respiraban con cierto alivio por los sucesivos tropiezos de nuestros rivales más directos (Huesca y Rayo) y que minimizaban en cierto modo el monumental traspiés de los rojiblancos ante el Barça B y aquellos aficionados que se tiraban de los pelos por la ocasión perdida, de haber dado alcance a los oscenses y haberse puesto a tiro de piedra del liderato.

Tanto a los que ven la botella medio llena como a quienes la ven medio vacía, convendría recordarles que en esto del fútbol muchas veces tiene lugar una especie de 'efecto mariposa'. Así que quién sabe cuáles habrían sido los resultados en el caso de haber sido capaz el Sporting de sumar los tres puntos ante el filial blaugrana. Pero esto sería ya hacer las cuentas de la lechera con el cántaro hecho añicos por los suelos.

El único dato objetivo y real es que el Sporting con tres partidos por jugar, está a cuatro y cinco puntos respectivamente del primer y segundo clasificado. O lo que es lo mismo: a un punto más de distancia del ascenso directo con una jornada menos por disputarse.

Así que igualmente de manera objetiva, las estadísticas dicen que el panorama se ha complicado con respecto al que se vislumbraba antes del partido del pasado sábado (y no digamos si nos vamos a la jornada anterior), pero también dicen que matemáticamente el equipo sigue teniendo opciones reales de alcanzar el ascenso sin tener que llegar al playoff.

Es por ello que mientras estas opciones existan y aunque se puedan incluso reducir aún más a la finalización de la presente jornada, equipo y afición deben permanecer unidos en la lucha por lograr ese objetivo común que ambos comparten. Sería de necios arrojar la toalla mientras haya una sola posibilidad por la que pelear.

Con ese mismo 'partido a partido' que comparten Simeone y Baraja es con el que el Sporting debe afrontar su choque ante los tinerfeños. Ganar para al menos asegurar el seguir "vivos" en la penúltima jornada, con independencia de lo que pudiesen hacer los demás.

Urge además romper cuanto antes con cualquier mero atisbo de crisis en lo que se refiere a resultados, después de las dos últimas derrotas. Porque tampoco hay que llevarse a engaños: el fútbol desplegado por este Sporting llevaba avisando ya desde el partido de Cádiz, que podría no ser suficiente para sacar todos los partidos adelante. Y es que era demasiado el lastre que traía todavía de la primera vuelta.

Once derrotas, que son las que lleva actualmente en su casillero el Sporting, se antojan excesivas para un equipo que pretenda acabar como campeón o subcampeón de la categoría. Pero así es esta Segunda que con esos números todavía permite soñar y creer en los milagros. Y si el Sporting quiere seguir haciéndolo y con él todo el sportinguismo, ya sabe lo que hay que hacer este viernes. Ni una sola derrota más. Y vencer para creer.

Post Scriptum: la conclusión que se puede sacar de todo el lío montado y desmontado con el famoso viaje a Lugo, es que en el mundo del fútbol los 'pactos entre caballeros' han pasado a mejor vida. Todo bien firmado y por escrito. Que se lo pregunten también a algún club del oriente de Asturias.