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La última gran noche en Zorrilla

Diego Camacho y Bilic recuerdan el triunfo en 2009 ante el Valladolid que acercó la permanencia en Primera

Diego Camacho y Bilic se estrechan la mano, en 2009, para un reportaje de LA NUEVA ESPAÑA por sus goles ante el Valladolid. FERNANDO RODRÍGUEZ

"Recuerdo la tensión que todos sentíamos en los minutos previos al partido. Es lo primero que me viene a la cabeza". Diego Camacho mantiene fresco el recuerdo de aquella noche del 23 de mayo de 2009, en la que el Sporting visitaba Zorrilla, a dos jornadas del final de Liga, con la soga del descenso al cuello. El centrocampista madrileño abrió el marcador con un derechazo desde fuera del área. Un gol que terminó marcando su carrera. Empató Jonathan Sesma, a falta de veinte minutos. Y entonces, apareció Bilic para sellar una victoria determinante para la permanencia en Primera. "Está dentro de los goles más importantes de mi carrera. Lo recordaré para siempre", afirma el delantero croata.

"El gol era el regalo que podía darle a la afición que se desplazó hasta Pucela. Era algo así como abrazarles a todos al mismo tiempo. Fue también una reivindicación frente al club que no me dio las oportunidades que me había merecido la temporada anterior. Era como decirles: 'Aquí estoy, ¿me recordáis? Pues os equivocasteis dejándome marchar pero, gracias, porque no puedo estar mejor que ahora'", señala Diego Camacho.

El exrojiblanco, que ahora trabaja en Estados Unidos como entrenador de fútbol y también como entrenador personal, ve algunas similitudes entre aquel encuentro y el que se vivirá el jueves en Zorrilla. Valladolid y Sporting se reencontrarán en el primer partido de la fase de ascenso a Primera. "Va a estar realmente competido. Ambos entrenadores deberán transmitir a los jugadores la tranquilidad necesaria para mantener esa confianza que quizás, en determinados momentos, pueden llegar a perder debido a la importancia del propio partido", apunta.

"Nosotros jugamos aquel partido con el alma", interviene Bilic, miembro ahora de la secretaría técnica del Eibar. "El Valladolid es consciente de la influencia que tiene sobre el Sporting su afición. Un detalle importante. Además, el equipo de Baraja es atrevido, hizo un buen fútbol en los últimos meses. No hay que olvidar dónde estaban y dónde han conseguido terminar. Han hecho méritos para subir directos", subraya el croata, que tiene plena confianza en que se conseguirá el regreso a Primera a través de la promoción.

"Lo más importante es jugar de la misma manera que te ha llevado a conseguir esta plaza que te da derecho a luchar por el ascenso. En mi opinión, no es conveniente ahora hacer cambios que puedan provocar dudas. Ambos equipos tienen, además, mucho fútbol que mostrar a España", apunta Diego Camacho. "La Segunda División es complicada y se ha reflejado en esta fase final de temporada. Me gusta la calma la idea que transmite Baraja", destaca Bilic.

"Los futbolistas deben también intentar disfrutar de un partido increíble y de las imborrables sensaciones que el mismo juego te va a grabar a fuego en la memoria", dice Camacho, a pesar de que, en esta ocasión, el Sporting sólo tendrá en las gradas a 500 de los suyos ante las restricciones en materia de entradas del Valladolid. Aquella noche de 2009 contaron con el ánimo de más de cuatro mil gargantas. "Es el primer partido de la fase de ascenso y hay que tener en cuenta que hay que jugarlos más con la cabeza que con el corazón", concluye Bilic.

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