Alberto Lora ya es historia del Sporting. El club rindió ayer un homenaje al mostoleño en un acto organizado en El Molinón para despedir a un futbolista que ha vestido de rojiblanco durante doce temporadas. "Allá donde vaya apoyaré como un sportinguista más. He tratado de defender lo mejor posible esta camiseta", subrayó, visiblemente emocionado, antes de puntualizar que todavía no tiene claro dónde continuará su carrera. "La cabeza me pide una experiencia en el extranjero. Aprender un idioma nuevo. Decidiré en los próximos días qué es mejor para mí. No descarto nada", explicó sobre la posibilidad de elegir entre continuar en España o probar en otra liga.

"Después de doce temporadas, me quedo con el año de los guajes. Volví a disfrutar del fútbol. Nos juntamos un grupo de chavales que apenas tenían unos partidos en Segunda B, junto a otros de la primera plantilla. Conseguimos algo histórico, impensable, a base de esfuerzo y lucha en una temporada con muchas dificultades", destacó Lora sobre su mejor momento en el club. Fue después de ver un emocionante vídeo en el que la aparición de su abuela, Ana, sus padres, Enrique y Ana, y su hermano, Kike, hizo que brotaran las primeras lágrimas. Imágenes que recordaron desde sus inicios en el fútbol, hasta su llegada y trayectoria en el Sporting. Entre las anécdotas curiosas, la desvelada por su mujer, Isabel García, al recordar que uno de los grupos del vestuario en el que se encontraba Lora se autodenominaba "los atropellapatos". Lora e Isabel estrenarán paternidad en las próximas semanas.

El homenaje continuó con un momento en el que Javier Fernández, presidente del Sporting, compartió con Lora una imagen conmemorativa de su paso por el club y un brazalete firmado por todos los futbolistas de la plantilla. Algunos de ellos estaban en la sala de prensa de El Molinón, donde tuvo lugar el acto. Fueron los casos de Canella, Pablo Pérez y Sergio. También estuvieron presentes otros antiguos compañeros, como Iván Hernández e Iván Cuéllar. El consejo de administración estuvo representado en pleno: Javier Martínez, vicepresidente; Fernando Losada, consejero y Ramón de Santiago, secretario. Miguel Torrecilla, director deportivo; Mario Cotelo, delegado; Jorge Luis García y Pablo Caso, utilleros, o Fernando Fueyo, capellán del equipo, fueron otros de los rostros conocidos que estuvieron junto a Lora.

"De todos los entrenadores he aprendido algo. En mi corazón siempre estará uno y ése será Manolo Preciado. Fue la persona que más impacto tuvo. Me hizo debutar y dar el último paso en mi formación. Le estaré eternamente agradecido", afirmó Lora. También tuvo palabras de especial cariño hacia Quini, "mi amigu. No se puede encontrar persona más buena que él". Hubo mucha emoción, pero también risas, como cuando el madrileño recordó que su afición por la cerveza "viene por culpa de Iván Hernández". La historia, como señaló el jugador, viene de la celebración que realizaron en el ascenso de la temporada 2014-15. Con cerveza también le envió un saludo Nacho Cases, otro de los que aparecieron en el vídeo proyectado, como Gregory y De las Cuevas, entre otros. "Espero que no a muy tardar pueda ocupar mi asiento (en El Molinón). Siempre estaré agradecido al Sporting, al club y a la afición. Millones de gracias a todos y ¡puxa Sporting!", concluyó Alberto Lora.

Lora llegó en 2006 al Sporting para reforzar al filial. Lo hizo procedente de las categorías inferiores del Castilla. El mostoleño debutó en el primer equipo en la campaña 2007-08, en un partido ante el Celta, de la mano de Manolo Preciado. Fue el único partido que jugó esa campaña, ya que después regresaría al filial, pero le sirvió para inscribir su nombre en el doble ascenso de esa temporada: el Sporting subió a Primera y el filial, a Segunda B. A partir de ahí, Preciado le dio minutos hasta haber alcanzado los 267 partidos oficiales, en los que le dio tiempo a vivir otro ascenso y marcar cinco goles.