Oviedo, Idoya RONZÓN

La prisión de Villabona tiene presos a catorce conductores por delitos contra la seguridad del tráfico, según confirmaron fuentes del Ministerio del Interior. Trece de ellos -todos varones- han sido ya condenados por el Juzgado y uno se encuentra en situación preventiva. Por otro lado, el portugués detenido el pasado día 1 en Navia por circular sin carné, el primer arrestado en España tras la reforma del Código Penal, aceptó ayer una condena de multa de 3.000 euros y 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad.

El hombre, que fue detenido a las doce y media de la noche del jueves, media hora después de la entrada en vigor de la reforma, fue juzgado ayer por el procedimiento de los juicios rápidos por la juez del Juzgado de primera instancia e instrucción de Luarca, Emma Rodríguez Díaz. El conductor reconoció su culpabilidad y logró así una rebaja de un tercio en la pena, según apuntaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia. El problema vendrá ahora para saldar su condena de trabajos sociales. Según el subdirector del Centro de Inserción Social (CIS) de Villabona, Ángel Merchán, 300 asturianos no cumplen en la actualidad este tipo de medidas impuestas por el juez por la ausencia de plazas para llevarlas a cabo. El Principado cuenta ahora mismo con 190 plazas, que están completas. Éstas están distribuidas en 25 localidades del Principado.

Los catorce conductores encarcelados en Villabona abarcan todos los supuestos incluidos en el Código Penal. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, el autor de los atropellos de la calle Mon de Oviedo (que en 2002 se llevó por delante a una treintena de personas en una zona peatonal de copas de la capital), reincidentes y condenados al abono de multas económicas a los que por impago el juez ordenó su ingreso en prisión.

El 2 de diciembre entró en vigor, tras su aprobación urgente en el Congreso, la modificación del Código Penal por la que se castigan las infracciones más graves, aunque se concedió una moratoria antes de poner en marcha la reforma para los casos de conducción sin permiso. Entonces se calculaba que habría unas 30.000 personas en toda España en esta situación. En Asturias, entre el 2 de diciembre y el 24 de marzo se «cazó» a 262 conductores sin carné. Eran personas que jamás habían pisado una autoescuela, con suspensiones temporales o definitivas del carné, con permisos no convalidados o con carnés retirados por perder todos los puntos. Hasta ahora, y desde hace tres décadas, su comportamiento estaba considerado como una falta administrativa, pero ahora puede ser su pasaporte a la cárcel.

Tras la entrada en vigor de la reforma al completo, el pasado día 1, conducir sin permiso se castiga con pena de prisión de tres a seis meses o con una multa de carácter económico y trabajos en beneficio de la comunidad de una duración de uno a tres meses. Además, ponerse al volante por una tasa de alcohol de 0,60 (lo máximo permitido es de 0,25) o superar en 60 kilómetros por hora la velocidad en zonas urbanas o en 80 en carretera está penalizado con prisión de tres a seis meses o multa, trabajos en beneficio de la comunidad de uno a tres meses y retirada del carné de uno a cuatro años. Negarse a «soplar» se castiga con cárcel de seis meses a un año y la prohibición de conducir de uno a cuatro años. Al contrario de lo que puede parecer, los conductores condenados mantienen intactos los puntos de su carné. La sanción por la vía penal anula de forma automática el castigo administrativo.

El objetivo, según el propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no era «llenar las cárceles», sino más bien todo lo contrario: «la disuasión», afirmó. La prisión así queda reservada para los casos más graves (condenados y preventivos) y los reincidentes. Los condenados por primera vez a una pena inferior a los dos años no ingresan, salvo que el juez estime lo contrario.