Efe, L. Á. V.

Madrid / Oviedo,

La Policía adscrita al aeropuerto de Madrid-Barajas detuvo en la mañana de ayer a un ciudadano de la República Dominicana que trataba de introducir en España cinco kilos de cocaína en el interior de botellas de ron. Según fuentes policiales, el detenido se disponía a proseguir viaje hacia el aeropuerto de Asturias, presumiblemente para distribuir la droga en la región.

El detenido ha sido identificado como Titi M. S., de 25 años de edad, y está imputado por un delito contra la salud pública. Pasará a disposición judicial en las próximas horas. La Policía investiga los posibles contactos del detenido en Asturias.

Se estima que cada kilogramo de cocaína puede convertirse, una vez puesto en el mercado, en unas 10.000 dosis, y que cada gramo puede valer unos 60 euros, aunque el precio varía según el porcentaje de pureza que tenga la droga, entre otros factores. Por tanto, el coste de la droga incautada al dominicano se situaría en torno a los 300.000 euros.

En marzo se produjo un caso muy similar. Los agentes de Estupefacientes adscritos al aeropuerto detuvieron a Milenis J. R., de 40 años de edad, cuando pretendía introducir 3,7 kilos de cocaína diluida en el contenido de tres botellas de ron que llevaba en el equipaje. La mujer pretendía continuar el viaje hasta el aeropuerto de Asturias, presumiblemente con la intención de distribuir la cocaína en la región. La presunta traficante llegó al aeropuerto madrileño procedente de la República Dominicana.

Las botellas de licor son algunos de los objetos que utilizan los correos para esconder la droga cuando tratan de introducirla en España. También se utilizan botes de cosméticos, pantalones de ciclista, la ya clásica maleta con doble fondo o el interior del propio organismo.

España, que es el mayor consumidor de cocaína en la Unión Europea, es también la principal vía de entrada de esa droga -también del hachís-, según un informe del Departamento de Estado norteamericano. Según los americanos, África se ha convertido en una de las vías para introducir la cocaína latinoamericana en España y Europa.

La droga, según Estados Unidos, sale de Colombia a través de Venezuela, es transportada a África occidental y de ahí cruza el estrecho de Gibraltar para llegar a Europa, el mercado de cocaína que más crece en el planeta. Los narcotraficantes explotan con su fuente inagotable de sobornos la debilidad institucional y el escaso control del territorio de los gobiernos africanos. Por otro lado, en los últimos meses se ha detectado un incremento de los envíos de cocaína desde Bolivia.