Al menos 16 personas murieron ayer al estrellarse un helicóptero ruso Mi-8 en el aeropuerto de la ciudad meridional afgana de Kandahar. La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) descartó el derribo e informó de que todos los ocupantes del helicóptero, contratado por la OTAN, eran civiles.