Lisboa, Efe

La borrasca que llega hoy a la Península ha descargado toda su furia en Madeira. Allí ha dejado al menos 30 muertos por las graves inundaciones que se registran en el archipiélago luso, según informó ayer el ministro de Interior de Portugal, Rui Pereira.

El ministro declaró a los medios lusos que se está analizando la posibilidad de pedir a la Unión Europea que sea declarado el estado de calamidad en la isla con el fin de poder poner en marcha los mecanismos comunitarios para situaciones de este tipo.

Varios medios portugueses cifran ya los muertos y desaparecidos por las riadas en 32, pero fuentes de Protección Civil y de las autoridades de Funchal, la capital de Madeira, dijeron que aún no hay un recuento oficial.

El primer ministro portugués, José Sócrates, que se declaró «consternado» por las víctimas y la destrucción en Madeira, anunció su propósito de desplazarse a la isla con el ministro del Interior en cuanto las condiciones meteorológicas lo permitan.

El aeropuerto de Funchal permanece cerrado y los vuelos han sido desviados a las islas Canarias tras más de quince horas de lluvias ininterrumpidas que han asolado el archipiélago luso y han causado por lo menos 63 heridos.

Según la Alcaldía de la capital de las islas, hay pueblos aislados, carreteras cortadas, riadas y graves daños en numerosas zonas del archipiélago, donde los medios de rescate, Bomberos y equipos de Protección Civil se encuentran desbordados por el trabajo.