Washington, Agencias

El vertido de crudo provocado por la explosión de una plataforma petrolífera la semana pasada en el Golfo de México ha tocado tierra. Las primeras manchas de petróleo llegaron ayer a un refugio de especies protegidas y una zona de cultivos pesqueros en la costa estadounidense de Luisiana. La mancha se desplaza más rápidamente de lo que parecía inicialmente y llegó a la costa veinticuatro horas antes de lo previsto. Sólo en Luisiana, la marea negra podría afectar hasta a 400 especies animales y vegetales en las delicadas marismas. La Guardia Costera de Estados Unidos, que vigila atentamente el avance de la marea negra, ha advertido del peligro inminente para la costa noroeste de Florida, por lo que el gobernador del Estado, Charlie Crist, ha decidido decretar el estado de emergencia en los condados costeros. Las autoridades del Estado de Luisiana tomaron la misma medida el jueves. El derrame de crudo podría ocasionar uno de los peores desastres ecológicos en la historia de Estados Unidos.

El vertido trae a la memoria la catástrofe del petrolero «Prestige» en España en 2002. Sin embargo, la situación en Estados Unidos es más dramática, según los expertos. En el caso del «Prestige», tras el masivo y grave vertido de chapapote, que afectó sobre todo a la costa gallega y también a Asturias, hubo de abordarse la segunda parte del problema. Una vez hundido el barco, había que sellar el casco por el que seguía escapándose el fuel. En el caso de EE UU, no es un barco el que suelta el fuel, sino un pozo de petróleo submarino que escupe el líquido de forma continua (5.000 barriles diarios, más de lo previsto) y que, de momento, no es posible cerrar. Además, el escape, sin control, queda a merced de las corrientes marinas y del sistema de vientos. El «Prestige» vertió al mar 64.000 toneladas, mientras que la plataforma petrolífera ya ha vertido al mar, hasta el momento, entre 7.000 y10.200 toneladas.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, compareció ayer por segunda vez en menos de 24 horas para defender la actuación de su Gobierno en la gestión de la crisis por la marea negra. En una comparecencia desde la Casa Blanca centrada en la economía, Obama dijo que «se está haciendo todo lo necesario». También que la compañía British Petroleum (BP), propietaria de la plataforma, es la responsable del vertido y que se está trabajando 24 horas al día para minimizar el impacto del mismo. Además, insistió en que las prospecciones de petróleo, actualmente paralizadas por la Casa Blanca hasta que se investiguen las causas del accidente, siguen siendo un pilar básico de la política energética del país, pero deben ser llevadas a cabo «de forma segura y responsable».

Por su parte, la petrolera BP ha dicho que pagará todos los daños vinculados al gigantesco derrame de crudo que vertió la plataforma que operaba para la compañía en el Golfo de México. «Estamos asumiendo la total responsabilidad por el derrame y lo limpiaremos, y honraremos a toda la gente que pueda presentar reclamaciones legítimas por los daños. Vamos a ser muy pero que muy activos en todo eso», dijo ayer Tony Hayward, presidente ejecutivo de BP en una entrevista.

El coste para la industria pesquera de Luisiana podría ser de 2.500 millones de dólares, mientras que el impacto sobre el turismo a lo largo de la costa de Florida podría llegar a 3.000 millones de dólares. Además, la limpieza de la marea podría costar entre 1.500 y 2.250 millones de euros.