Washington, Efe

La empresa British Petroleum (BP) ha sellado una de las tres fugas a través de las que se vierte crudo en la zona del golfo de México, lo que se espera que facilite la instalación de una estructura de acero sobre la principal fuente del derrame. Sin embargo, también ha advertido de que el vertido es mucho mayor de lo previsto. Si hasta ahora se había dado la cifra de 5.000 barriles de crudo derramados al día, ahora se eleva el vertido a 40.000 barriles y se calcula en tres meses el tiempo necesario para sellar definitivamente el pozo petrolífero. Mientras tanto, los voluntarios se preparan en la costa del sur de los Estados Unidos para llegada del crudo, que ya ha alcanzado las barreras instaladas para frenar su avance.

David Mosley, suboficial de primera de la Guardia Costera, dijo que el sellado de una de las tres fugas de la plataforma se produjo la noche del martes, aunque descartó que eso reduzca el volumen del vertido. BP indicó que la reducción del número de escapes facilitará la prevista instalación este fin de semana de la estructura de acero con forma de cúpula y un peso próximo de 100 toneladas. El contenedor metálico recogería el crudo que fluye a través de la principal abertura en el pozo y lo bombearía posteriormente a un barco.

BP inició anteayer martes las tareas de transporte de la cúpula cargándola en un barco que estaba previsto que llegase ayer a la zona en la que se encuentra el pozo submarino. El artefacto deberá ser instalado a 1.500 metros de profundidad, en una operación sin precedentes.

El vertido comenzó el pasado 20 de abril, tras la explosión y hundimiento dos días después de una plataforma petrolífera operada por BP. La compañía cifra en 6 millones de dólares (algo más de 4,6 millones de euros) diarios el desembolso que está realizando para hacer frente a la catástrofe. La perforación del pozo auxiliar para interceptar y aislar el que está vertiendo crudo comenzó el domingo por la tarde, informó la compañía en un comunicado este martes precisando que el nuevo pozo se encuentra a unos 1.525 metros de profundidad y busca interceptar el ya existente a casi 4.000 metros por debajo del fondo del mar y sellarlo de forma permanente. En caso de que el vertido fuese mayor, de 60.000 barriles al día, nada podría hacerse contra el vertido, advierte BP.