Oviedo,

M. PÉREZ

El del club Jardín de Eva se ha convertido en el juicio imposible. La causa pendiente desde hace una década contra siete personas acusadas de un delito contra los derechos de los trabajadores y seis delitos de prostitución en Oviedo volvió a suspenderse ayer, y ya van tres veces. Las denunciantes, las mujeres que ejercían la prostitución, no se presentaron ayer a la vista, al igual que tampoco lo hicieron en las ocasiones anteriores. A dos de ellas les resulta imposible, puesto que fueron expulsadas del país. Ayer la fiscal del caso intentó llegar a un acuerdo con las partes, alcanzar una conformidad, pero como no todos estuvieron de acuerdo, el juez optó por suspender otra vez la vista.

Las primeras denuncias contra los principales encausados, el matrimonio formado por A. G. N. y su mujer, M. S. E. R., se remontan a los años 1999 y 2000. El hombre era el administrador único de una entidad de la que era socia su esposa, que tenía por finalidad el ejercicio de la prostitución en diversos locales, entre ellos el desaparecido club Jardín de Eva, en Santa María de Piedramuelle. El matrimonio y el resto de acusados se dedicaban a la captación de mujeres extranjeras para que ejercieran la prostitución en Oviedo. La red se aprovechaba de su situación de penuria económica para obligarlas a prostituirse, para así sufragar la deuda contraída, según la calificación del fiscal.

El abogado de la pareja, Juan Carlos Fernández, lamentó ayer la situación y explicó que «ni el peor de los delincuentes se merece esto», en referencia a la situación de incertidumbre legal en la que viven sus clientes. «Es un juicio imposible; en principio, la supresión es porque no comparecen las chicas, pero van a seguir sin comparecer: dos de ellas ya han sido expulsadas, y las diligencias sobre el paradero de las otras son negativas», dijo. «Lo que está claro es que no va a haber opciones de que se celebre el juicio con la presencia de ellas». Para Fernández, existe un «fallo de la instrucción de la causa», y explica que «cuando ocurren estas denuncias, lo que suele ser es prueba preconstituida; son situaciones que prevé la ley, pero no se hizo nada», manifestó. «O se llega a un acuerdo o tendrán que retirar la acusación, porque no hay prueba de cargo, y no por nuestra culpa, la defensa no ha puesto ninguna traba para que avance el proceso judicial», añadió el abogado. La nueva vista todavía no ha sido señalada.