Noreña / Oviedo,

Marta PÉREZ

La Consejería de Bienestar Social admitió ayer problemas en el centro juvenil de Miraflores, cuyo funcionamiento ha sido puesto en entredicho por el fiscal de Menores de Asturias, Jorge Fernández Caldevilla, quien denunció que las fugas de menores del centro son «reiteradas». Según explicaron fuentes de la Consejería de Bienestar Social, el perfil de los menores para los que fue creado el centro no se corresponde con el de los menores que están llegando a Miraflores, con edades próximas a la mayoría de edad y serios problemas de conducta. Las mismas fuentes aseguraron que «se está trabajando en un nuevo proyecto que estará listo a finales de año» para aplicar cambios a un centro que en la actualidad tiene ocupadas 6 de las 15 plazas disponibles, según las mismas fuentes.

Aunque la Consejería de Bienestar Social admite el fondo de la denuncia realizada por la Fiscalía de Menores, no está de acuerdo en que Caldevilla la haya formulado. «Se ha extralimitado en sus funciones», aseguró ayer la responsable política del centro, Gloria Fernández, directora del Instituto Asturiano de Atención Social a la Infancia, Familias y Adolescencia. Caldevilla denunció que en su última visita al centro, 15 de los 18 menores que debían residir allí estaban fugados. También dijo que el equipo educativo «es inoperante para trabajar con menores de peligrosidad delictiva». Las palabras del fiscal sentaron «muy mal» en el centro educativo, según fuentes internas del Miraflores. «El fiscal nos utiliza como cabeza de turco en su guerra con la Consejería de Bienestar Social», explicaron las mismas fuentes.

Bienestar Social reconoció las fugas, aunque no entró a cuantificar cuántas se habían registrado en los últimos tiempos. Sin embargo, fuentes de la Consejería matizaron que «es un centro de régimen abierto, no un reformatorio», y que «no se puede evitar» que un menor salga del centro para ir al instituto y no regrese. Cuando se produce una fuga, la Consejería de Bienestar, responsable del menor en cuestión, notifica su desaparición a la Policía Nacional. «Los profesionales cumplen, pero los menores rechazan la institución», asegura Bienestar Social. «Todos los centros de protección son de régimen abierto, no puedes quitarles de salir, sólo durante los siete primeros días». Mientras, en la Villa Condal, no existe, en principio, alarma social por las reiteradas fugas del centro denunciadas por el fiscal de menores. Los vecinos aseguran que no conocen a los chavales del centro y que si lo abandonan no es para quedarse en Noreña. Otros vecinos apuntan que algunos de los menores juegan al fútbol en el equipo local y asisten a clases en el Instituto de Secundaria.