Nueva York, Agencias

Matanza en una fábrica de bebidas en Estados Unidos. Ocho personas murieron ayer en el tiroteo que se produjo dentro de una empresa de distribución de vino y cerveza en Manchester, en el estado de Connecticut, cuando uno de los trabajadores, tras conocer que sus jefes le iban a abrir un expediente por robar, abrió fuego contra sus compañeros. Después se suicidó.

Omar Thornton, afroamericano de 34 años, decidió disparar su arma contra las personas que se encontraban trabajando con él. Fuentes de la compañía señalaron que Thornton, inició la masacre después de que sus jefes le convocasen a una reunión. Los primeros disparos los realizó fuera de la sede de la empresa, donde mató a dos personas. Después, ya en el interior de la distribuidora, terminó con la vida de otros seis compañeros más. Una auténtica masacre que ha conmocionado a la sociedad americana.

El trabajador, que era camionero, después de acabar con la vida de sus compañeros, optó por suicidarse, justo cuando vio que los agentes de la policía habían llegado al lugar de los hechos. El tiroteo ocurrió a primera hora de la mañana de ayer, cuando en la empresa comenzaba la actividad laboral. La compañía Hartford Distributors se convirtió entonces en un sangriento escenario. En el interior de la sede había unas 40 personas que temieron por su vida y corrieron a refugiarse en un almacén situado en las proximidades de la compañía en cuanto se percataron de que alguien estaba disparando contra sus compañeros de trabajo. El terror se apoderó de los trabajadores de la compañía. Poco después del tiroteo se desplazaron hasta el lugar del suceso varias ambulancias y un helicóptero medicalizado para evacuar a las víctimas, entre las que se encuentran algunos miembros de la familia propietaria de la empresa.

Algunos heridos eran de gravedad, y fueron trasladados al Hospital de Hartford, según apuntaron fuentes médicas que también señalaron que al menos uno de estos heridos murió posteriormente debido a la gravedad de su estado. La Policía de varias localidades cercanas al suceso han iniciado una investigación para controlar el área del tiroteo y esclarecer los hechos. La fábrica está ubicada a 15 kilómetros al este de la localidad de Hartford.

No es la primera vez que en Estados Unidos una matanza siembra el terror. La última ocurrió en la Universidad Técnica de Virginia, el 16 de abril de 2007, cuando un hombre mató a 33 personas en una residencia de estudiantes en Blacksburg. El 2 de septiembre de 2006, otro hombre, mató a dos de sus hijos y después se suicidó, tras visitarles en el campus donde estudiaban, en Virginia. El 16 de enero de 2002, el estudiante de postrado Peter Odighizuma, de 42 años, expulsado de la Universidad de Derecho de los Apalaches, en Grundy, Virginia, regresó al campus y mató al decano, a un profesor y a un alumno. El 20 de abril de 1999, en la escuela secundaria de Columbine, ocurrió una de las matanzas más sangrientas. Dos adolescentes de 17 y 18 años, armados con dos escopetas, entraron en la escuela y asesinaron a quince personas: catorce niños y un profesor. Además, hirieron a 24 personas más.