Salamanca, Agencias

Un vecino de la localidad salmantina de Agallas, J. V. E., de 83 años, fue hallado carbonizado en la mañana de ayer en la zona arrasada por un incendio forestal, al parecer intencionado, que se había declarado anteayer viernes, sobre las nueve y media de la noche. El fallecido es precisamente padre de uno de los brigadistas que contribuyó a extinguir el fuego.

El cuerpo sin vida del anciano fue encontrado por un agente medioambiental que supervisaba el lugar del incendio. Sobre las cuatro y cuarto de la tarde fue trasladado a Salamanca, donde se le practicará la autopsia, para determinar las causas de la muerte

Tras el hallazgo, la Junta de Castilla y León dio parte a la Guardia Civil y al Juzgado de Ciudad Rodrigo, para que instruyan las diligencias correspondientes. Las labores de rescate duraron varias horas, ya que el cuerpo se encontraba en una zona muy abrupta y de difícil acceso, en una paraje conocido entre los vecinos como Valdesalvador.

«Nadie se explica qué podía estar haciendo el hombre allí, ni cómo habrá llegado hasta ese lugar», manifestó el alcalde socialista de Agallas, Santos Corchete. El incendio se declaró en una zona situada a unos tres kilómetros del casco urbano. Según el regidor, el hijo del fallecido, que trabaja en una cuadrilla de extinción, «dejó a su padre cenando, al marcharse para sofocar las llamas». Cuando volvió a casa, su padre ya no estaba, por lo pensó que se había ido a su propio domicilio. No obstante, comenzó a preocupar ayer, al ver que no volvía.

Un agente medioambiental que supervisaba la zona calcinada halló el cadáver carbonizado junto a un riachuelo, a unos 20 metros del lugar donde se cree que comenzó el fuego, que arrasó 16,5 hectáreas de monte bajo. Agallas es una de las zonas de Salamanca donde más incendios intencionados se declaran cada verano.

Con la descubierta ayer son ya diez las personas fallecidas en lo que va de año en incendios forestales. Las dos víctimas anteriores fueron dos brigadistas durante la extinción de un incendio en la localidad pontevedresa de Fornelos de Montes, el pasado 12 de agosto. Tres días antes murió un hombre de 74 años en Lorca (Murcia) tras sufrir quemaduras de tercer grado en el 90 por ciento de su cuerpo.

Este mes también falleció una mujer en un incendio forestal en Outes (A Coruña). En el mes de julio, el día 30, una mujer de 73 años falleció en la localidad vizcaína de Lemona, y el día 14 del mismo mes, un incendio en Soroisa de Monserrat (Valencia) acabó con la vida de un hombre de 65 años.

El 26 de junio falleció otra persona en un incendio en Formentera (Baleares) y el 15 de mayo de 2010 murieron dos tripulantes de una aeronave de extinción de incendios en la localidad castellonense de Puebla de Benifassar.