Copiapó (Chile), Agencias

El rescate de los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad en el norte de Chile desde el pasado 5 de agosto entró ayer en su fase final, tras completar una de las perforadoras el conducto para evacuar a los trabajadores. Los mineros podrían ser extraídos el próximo martes, dentro de dos días. Bocinazos, sirenas, gritos de alegría, acompañados de ondear de banderas, cantos y llantos de familiares se escucharon en el entorno de la mina minutos después de las ocho de la mañana, una de la tarde en España, cuando se difundió la noticia de que la máquina T-130, la del llamado «plan B» del rescate, había perforado la galería en la que están los atrapados.

«Treinta y tres días han durado las perforaciones para rescatar a los 33», dijo minutos después el ministro de Minería, Laurence Golborne, quien precisó que «La Liebre», como llaman los familiares a la T-130 por su rapidez, llegó a un taller aledaño al refugio en que los mineros se han guarecido durante 64 días.

Los miembros del equipo de rescate saltaron alborozados y los familiares, que habían pasado la noche en vela, se abrazaron con ellos y corrieron hasta el cerro donde están clavadas las banderas en homenaje a los mineros, una de ellas boliviana.

El propio ministro Golborne, y los integrantes del equipo de rescate, que encabeza Andrés Sougarret, se abrazaron con los familiares y prorrumpieron en vítores. En medio de la algarabía, un niño, Brian, nieto del minero atrapado Esteban Rojas, sostenía una bandera chilena con la felicidad marcada en el rostro. «A mi abuelo le voy a decir que nunca más se meta a una mina, ni siquiera que lo piense», dijo con la sinceridad de sus ocho años, mientras unos metros más abajo la campana de la escuela instalada en el campamento seguía sonando. «Estoy muy feliz, muy contenta, tengo deseos de gritar, llorar y saltar, pero hay que contenerse un poquito», dijo María Cortez, cuñada de Mario Gómez, uno de los veteranos bajo tierra.

También María Segovia, hermana de Darío Segovia, no podía contener la emoción. «La alegría va a ser más grande cuando los saquen a todos. Yo no me voy de aquí hasta que se vaya el último», dijo María, conocida como «la Alcaldesa» por su capacidad de liderazgo.

El ministro Golborne explicó los pasos que seguirán en el rescate. Indicó que durante la jornada deben desmontarse las 105 piezas de la T-130 y que se introducirán cámaras para examinar el conducto de 66 centímetros de diámetro. «Ahora no nos vamos a apresurar», remarcó. Entre los problemas a resolver figura en primer lugar el de si habrá que revestir con un tubo de acero todo el conducto o se mantendrá tal como está. También si se hará una explosión controlada, a cargo de los propios mineros atrapados, para ensanchar el final del conducto.