Olot (Girona), E. P.

El celador del geriátrico La Caritat de Olot (Girona), Joan V. D., compareció voluntariamente ante el juez ayer para confesar que fue él quien mató a 8 ancianos más de la residencia, que se suman a las 3 muertes que ya reconoció en su pasada declaración. En el aire queda el caso de otro anciano, del que el celador «duda» de si lo mató. Según su testimonio, los asesinó en momentos de euforia porque se creía que era Dios y porque quería liberar a los ancianos de su sufrimiento.

Los asesinatos se produjeron entre agosto de 2009 y mediados de octubre de 2010 y la investigación se inició cuando se destapó que había asesinado a una anciana con lejía por las lesiones sospechosas que presentaban en la boca. El abogado del celador, Carles Monguilod, ha confirmado que su cliente ha asegurado que lo hizo «porque consideraba que sufrían» y que «pediría para él lo mismo». Además, ha dicho que su cliente tiene una visión de la realidad «distorsionada» y habrá que ver su nivel de imputabilidad. Si se confirmaran los 11 casos, el celador de Olot podría estar entre los principales asesinos en serie españoles.

Así, Joan V. D. ha asegurado en su declaración que mató a tres ancianas suministrándoles lejía, a otras dos con una sobredosis de insulina y en otros casos con un cóctel de medicamentos. En total, serían ocho mujeres y dos hombres, además de la muerte de otro hombre que aún está por resolver.

La confesión ha tenido lugar después de que por orden del juez se exhumaran ocho cuerpos ante los indicios de criminalidad. El celador ha reconocido haber asesinado a seis de ellos, otro es el que está dudoso y un octavo del que niega su asesinato. Su letrado ha confirmado, a la salida de la declaración, que su cliente ha asegurado que si él se encontrara en una situación como la que vivían sus víctimas «pediría para él lo que hizo con esas personas». Por su parte, los abogados de las tres víctimas han considerado que hay que poner «en cuarentena» las afirmaciones de Joan V. D., ya que si bien ha asegurado que no ha matado a nadie más, es cierto que en su primera declaración mintió.

Uno de los asesinos más sanguinarios de España es Manuel Delgado Villegas, conocido como «El Arropiero», que confesó el asesinato de su novia en 1971 y de 47 personas más entre 1964 y 1971, aunque la Policía¡ investigó 22 muertes y sólo pudo probar ocho. Algunos fueron en municipios catalanes. José Antonio Rodríguez Vera, alias «El Mataviejas», abusó sexualmente y mató a 16 ancianas en Cantabria entre 1987 y 1988, por lo que fue condenado a 440 años de prisión. Murió apuñalado en la cárcel de Topas el 24 de octubre de 2002. Por otro lado, Francisco García Escalero, «El mendigo asesino», confesó haber degollado a trece personas, la mayoría vagabundos.