Gerona, J. A. O. / Agencias

Los septuagenarios Van Arkel, de origen holandés, mataron con un arma blanca a su hijo, un autista de 33 años, y después se tiraron al río, con la intención de suicidarse. Lo hicieron cogidos de la mano y con mochilas cargadas de piedras a la espalda. Esta es la principal hipótesis con la que trabajan los investigadores que se han hecho cargo del truculento suceso que ha tenido como escenario una casa de aldea de la localidad gerundense de Serinyà. El viernes, horas antes de la Nochebuena, fue localizado en el interior de la casa el cadáver del hijo, con heridas de arma blanca. A su lado, había varias notas que apuntaban a un suicidio en grupo de toda la familia. Al día siguiente, Navidad, varios agentes de la unidad subacuática de la Policía autonómica catalana encontraban en el cercano río Fluvià los cuerpos sin vida del matrimonio Van Arkel. La mujer era la madre biológica del joven y el hombre su padrastro.

El hijo del matrimonio era autista y tenía graves problemas de movilidad, por lo que usaba una silla de ruedas. Según han indicado fuentes cercanas a la investigación, el joven habría fallecido a causa de heridas de arma blanca. A la espera de conocer con detalle el resultado de la autopsia que se le ha practicado al cadáver, todos los indicios apuntan a una muerte violenta, que se habría producido antes de que los padres se tirarán al río cargados con mochilas llenas de piedras.

Los poco más de mil habitantes de Serinyà viven conmocionados desde la tarde de Nochebuena. Entonces, un matrimonio amigo de los Van Arkel acudió a la casa de aldea regentada por éstos, con el objetivo de disfrutar de la velada navideña. Llamaron a la puerta de forma reiterada, pero nadie les abrió, por lo que empezaron a sospechar que podría haber ocurrido algo extraño. Cuando vieron un rastro de sangre se decidieron a llamar a la Policía. Personados en el lugar, varios Mossos d'Esquadra encontraron en el cuarto de baño al hijo de los Van Arkel, con varias heridas producidas por un arma blanca. Muy cerca había varias notas que anunciaban el suicidio de la familia al completo y que el matrimonio tenía intención de tirarse al río. Los agentes dieron credibilidad a los escritos y, de inmediato, montaron un operativo en el río Fluvià, y, más en concreto, en la presa de Esponellà, en cuyas inmediaciones se localizó el vehículo del matrimonio. Los cuerpos se encontraron el sábado por la tarde.

Los vecinos de Serinyà aseguran que la familia Van Arkel hacía una vida de lo más normal y que era frecuente ver a la madre paseando con su hijo. Éste, según los mismos testimonios, realizaba de vez en cuando trabajos de jardinería en el pueblo, pese a que padecía autismo e iba en silla de ruedas.

El hijo de los Van Arkel vivía junto a sus padres en la casa rural Mas Cadavall, dedicada al turismo rural, si bien durante la semana permanecía ingresado en un centro de educación especial. De esa forma, sólo pasaba en Serinyà las fiestas, los sábados y los domingos. La familia regentaba la casa rural, que se encuentra en las afueras del municipio, desde hace ya varios años.