Oviedo,

Agencias / R. L. MURIAS

Los expedientes de trabajos en beneficio de la comunidad aumentaron en 2010 en Asturias en un 63 por ciento. El año pasado se incoaron 4.968 frente a los 1.837 del 2009, un ascenso que hizo que la carga de la fiscalía de vigilancia penitenciaria subiese en un 33,6 por ciento, con 9.624 asuntos ante los 6.395 de 2009. Además, siete de cada diez sentencias dictadas el año pasado en trabajo en favor de la comunidad en Asturias fueron por delitos de tráfico.

El fiscal delegado de la fiscalía de vigilancia penitenciaria, Juan José Martínez Junquera, expuso ayer los datos de la memoria anual y explicó que se ha producido un «aumento excepcional» de los trabajos en beneficio de la comunidad por el «avance en la ejecución de esta pena». Martínez Junquera añadió que, «el gran problema radica en la ejecución de estas penas, por la escasez de plazas ofertadas por parte de los ayuntamientos».

El año pasado la fiscalía de vigilancia penitenciaria dictó 9.742 dictámenes, frente a los 6.558 de 2009, debido a ese mismo aumento de los referidos a trabajos en beneficio de la comunidad. «Supone una importante carga de trabajo para el fiscal especialista, que además despacha medio Juzgado de instrucción de la capital y asiste a los señalamientos y guardias a tenor del calendario general de la fiscalía», matiza el delegado de la fiscalía en la memoria.

Otros datos interesantes que se apuntan en la memoria, es que en la prisión de Villabona la cifra de internos alcanzó en 2010 las 1.600 personas, cuando la capacidad máximas de la cárcel es de 1.500 plazas, lo que supone que no hay una celda por recluso.

Por su parte, en el centro penitenciario de Villabona se contabilizaron en diciembre 1.536 reclusos para una capacidad real de 1.500, de los que 166 eran preventivos y 1.370 penados. Además, el Juzgado concedió el año pasado 1.119 permisos ordinarios de segundo grado, que fueron quebrantados en trece ocasiones, y 102 extraordinarios, sin incidencias reseñables.

En lo que respecta al tercer grado penitenciario, el año pasado se produjeron 417 clasificaciones, frente a las 347 de 2009. De ellos, 123 correspondieron a progresados extraordinariamente a causa de su adicción a la droga. En este sentido, la fiscalía destaca el importante aumento en las clasificaciones de tercer grado por adicción a la droga, que vincula al adecuado funcionamiento de los módulos terapéuticos a los que son derivados y que constituyen «un modelo» para otros centros.

En el capítulo de lucha contra la droga, la cárcel adquirió una máquina de última tecnología para detectar cualquier forma de introducción de droga en el centro. Por su parte, la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) disponía al finalizar el año de cinco módulos con un total de 436 internos, a los que se suman los 115 sometidos a tratamiento en algún tipo de comunidad terapéutica del exterior. La prisión asturiana registró en 2010 cinco fallecimientos y 110 reclusos dieron positivo en la infección por VIH, lo que representa un 7,1 por ciento de la población reclusa. En todo el año no se produjo ninguna fuga en la cárcel de Villabona, la única de la región. Además, el Juzgado realizó veintinueve visitas a la cárcel de Villabona, normalmente acompañado por el ministerio fiscal, en las que por término medio se recibió a unos veinte internos para que explicaran problemas. Cinco reclusos murieron en la prisión de Villabona en 2010: por ahorcamiento (suicidio), por neumonía, por intoxicación de opiáceos, por parada cardiorrespiratoria y por sobreinfección respiratoria.

Con la entrada en vigor del nuevo Código Penal, se redujeron los expedientes de redención de penas por trabajo, pero hubo aún dieciocho reclusos el año pasado que cumplen pena según el Código de 1973. Fueron concedidas 413 recompensas en la prisión, 345 por notas meritorias, 67 de premios en metálico y una por reducción de sanción. En los talleres del centro trabajan una media mensual de 190 internos, según la memoria de la Fiscalía. Alrededor de 554 internos recibieron el año pasado tratamiento con psicofármacos y unos cien están diagnosticados de trastorno mental grave.

Extranjeros en Villabona a 1 de enero de 2010 eran 191, con treinta colombianos y veintiséis marroquíes como nacionalidades con más reclusos.