Madrid / Oviedo,

Efe / L. Á. V.

Un comandante de la compañía Air Nostrum ha puesto una denuncia contra el gaitero villaviciosino José Ángel Hevia y otros dos pasajeros de un vuelo entre Nápoles y Madrid, a los que acusa de alterar el orden a bordo al increpar e insultar a la tripulación. Este extraño incidente se produjo, según «Efe», el pasado sábado 29 de julio, sobre las once y media de la noche, minutos antes de que el vuelo 8549 aterrizara en el aeropuerto de Madrid procedente de la ciudad italiana. José Ángel Hevia negó ayer de forma reiterada haber protagonizado incidente alguno en ese vuelo.

El personal de la torre de control comunicó al aeropuerto de Madrid que el piloto del citado vuelo había requerido la presencia de efectivos de la Guardia Civil en el momento del aterrizaje de la aeronave. Según comunicó el comandante del aparato, en el avión había tres pasajeros alterando el orden a bordo, por lo que se requería intervención de las fuerzas de seguridad para restablecer la normalidad. Entre los pasajeros que supuestamente estaban alterando el orden se encontraría el gaitero José Ángel Hevia.

A su llegada al aeropuerto de Barajas en Madrid, el comandante del avión interpuso una denuncia contra el músico José Ángel Hevia Velasco y las otras dos personas por una supuesta infracción de la ley de Seguridad Aérea, una ley de origen franquista que regula la actividad de los aeropuertos.

José Ángel Hevia, que se encontraba ayer en Palma de Mallorca para ofrecer un concierto, mostró perplejidad respecto a esta supuesta alteración del orden público. «Yo no sé nada de ese incidente, por el momento», aseguró el músico, en varias ocasiones, a LA NUEVA ESPAÑA. El gaitero se comprometió a reunir más datos para dar su opinión.

No han trascendido los motivos por los que supuestamente se produjo el incidente. Air Nostrum tiene los sábados dos vuelos entre Nápoles y Madrid. Uno de ellos sale a la una menos veinticinco del mediodía y tiene su llegada a la capital de España a las tres y cuarto de la tarde. El otro sale de Nápoles a las siete menos cuarto de la tarde y llega a Madrid, teóricamente, a las nueve y veinticinco de la noche. Si era éste último el vuelo en el que se produjo el incidente, quiere decir que llegaba a la capital con dos horas de retraso respecto al horario previsto.