El cebo

La Guardia Civil logró hacerse con tres de los caballos que «Tomasín» tenía en los montes aledaños a La Llaneza y los estabuló en la cabaña en la que vivía el presunto homicida y donde fue encontrado el cadáver de su hermano con un fuerte golpe en la cabeza. Ante esta cabaña, en medio de la maleza, se apostaba ayer al mediodía un agente de la Guardia Civil cuya presencia había pasado desapercibida incluso a los vecinos del pueblo. La idea es que «Tomasín» acuda a por los caballos y sea detenido. Pero el huido ha demostrado que conoce los movimientos de los agentes y que sabe evitarlos.

Ronda por el pueblo

«Tomasín» ha estado rondando por el pueblo, según afirman los vecinos. Anteayer, miércoles, se encontró una guadaña que ha podido ser utilizada por el presunto homicida para segar hierba para dársela a sus caballos. La puerta de la cuadra de la casa familiar también se encontraba abierta en la mañana de ayer. La puerta ha sido abierta en otras ocasiones, lo que hizo sospechar a los vecinos que el presunto homicida bajaba de vez en cuando al pueblo. Tomás Rodríguez viajó en taxi desde La Espina a La Llaneza el pasado viernes, lo que hizo que se reanudase una búsqueda que había ido languideciendo.

Miedo entre los vecinos

Los pocos vecinos que viven en La Llaneza están viendo cómo los esfuerzos de la Guardia Civil para detener al presunto homicida de Manuel Rodríguez no obtienen fruto alguno. Lo consideran capaz de cualquier cosa y han reclamado desde el primer día una presencia constante de los agentes en el pueblo, por si acaso. Tomás González aseguró que no veía a «Tomasín» desde hacía dos años y que antes se mostraba esquivo y no socializaba con los demás vecinos del pueblo. Otras personas que conocían a «Tomasín» aseguran que le dieron «muy mala vida» y que siempre fue una buena persona.