Sevilla, Agencias

«No fue mi intención hacerle tanto daño, y si supiera dónde está el cuerpo lo diría». En la última sesión del juicio por el asesinato de Marta del Castillo, que ayer quedó visto para sentencia, el principal implicado en la muerte y desaparición de la joven, Miguel Carcaño, pidió perdón por primera vez a la familia de la chica. Sin embargo, durante el tiempo que duró la vista oral -que se prolongó durante seis semanas- todos los implicados mantuvieron un pacto de silencio y no revelaron el paradero del cuerpo. Salvo en el caso del asesino confeso, que pide una condena mínima por homicidio imprudente, las defensas han solicitado la libre absolución al entender que no hay pruebas científicas que les incriminen.

El acusado Samuel Benítez, por su parte, también se acordó de la familia de Marta del Castillo: «Siento mucho lo que le ha pasado a la familia de Marta, era también mi amiga y yo no he tenido nada que ver, soy inocente y no puedo aportar nada más», señaló. Por su parte, el hermano de Miguel Carcaño, Francisco Javier Delgado, también se declaró inocente. «Poco puedo añadir, decir que nunca he participado ni he tenido conocimiento de los hechos delictivos. Creo que lo que hice fue confiar en mi hermano y lo apoyé hasta que supe que me había engañado», confesó. «Mucha gente lo está pasando mal, pero no hay nada que yo pueda decir o hacer para aliviar ese dolor que como padre entiendo», aseguró Delgado, que añadió para concluir: «Confío en la Justicia».

La novia del hermano del autor confeso del asesinato, María García, entre sollozos y leyendo parte del texto que había escrito previamente en un folio, expresó sus condolencias y su pena a la familia de la víctima, pero también se desmarcó del crimen: «Lo siento, pero no puedo aliviar ese dolor porque no sé nada de lo que le ha pasado a Marta», aseguró. Por lo tanto, la jornada de ayer se dedicó a la defensa de los últimos tres acusados como cómplices de la desaparición del cuerpo de Marta del Castillo, que negaron cualquier participación en el brutal crimen a diferencia del asesino confeso, Miguel Carcaño, quien admitió una posible condena de tres años por homicidio imprudente al golpear a la víctima con un cenicero en una discusión.

La madre de la joven sevillana, Eva Casanueva, considera que las disculpas ofrecidas a la familia por parte de Miguel Carcaño «llegan muy tarde» y lamentó «que ni siquiera nos haya mirado a la cara». Eva Casanueva recordó a la salida del juicio que Carcaño podría haberse disculpado «hace mucho tiempo, no a los tres años y delante de un juez».

Sobre el llanto de María García durante su derecho a la última palabra, el padre, Antonio del Castillo, indicó que lo hizo así «delante del juez, porque le interesaba». «Puede ser que llore más por pensar lo que se le puede venir encima que porque piense que la han metido en un berenjenal, en el que no tenía que haber entrado y en el que no habría entrado si hubiera dicho la verdad desde el primer momento», subrayaba Eva Casanueva. Además, la madre de Marta del Castillo también valoró las últimas palabras de Samuel Benítez, que a su juicio pretendió, con el recordatorio de su condición de amigo de la joven, «reblandecer el corazón, ¿pero a quién? Quien haya seguido el juicio y sepa cómo son estos elementos los tiene bien calados, y con amigos así más vale no tenerlos», explicó.

La madre de la joven asesinada fue tajante: «Lo único que pido es que se haga justicia, en esta sala se han escuchado muchas verdades y mentiras, se debe hacer balance y que se haga justicia por Marta». Casanueva agregó que «lo que más debe indignar a los jueces es que ninguno sabe todavía qué le pasó a Marta».