Sevilla, E. P.

El cuerpo de Marta del Castillo sigue sin aparecer, pese a las nuevas pistas sobre su posible paradero que el abuelo de la joven fallecida ha descubierto. El Cuerpo Nacional de Policía terminó ayer sin éxito la primera jornada de búsqueda del cuerpo de la joven en la zona conocida como Ruta del Agua, entre las localidades sevillanas de Camas y Castilleja de Guzmán, donde el abuelo de Marta, José Antonio Casanueva, apuntó que podría estar el cuerpo de asesinada tras encontrar una manta.

Un portavoz de la Policía Nacional indicó que tras recibir la orden del juez instructor para realizar en la zona «una inspección ocular en superficie», un operativo compuesto por alrededor de 60 agentes de la Unidad de Policía de Subsuelo, Policía Científica, guías caninos, efectivos de Caballería y del GOES (Grupo Operativo Especial de Seguridad) estuvieron trabajando sobre el terreno entre las 9.00 y las 14.00 horas. No obtuvieron ningún resultado. Para este martes, los agentes tienen previsto desplazarse a una zona «más alta» con el objetivo de continuar un «rastreo» del cuerpo que, según tienen previsto, se extenderá una semana aproximadamente.

En un auto dictado ayer lunes el juez que instruyó el caso argumenta que «ciertamente» se hizo entrega a la Policía de una manta de matrimonio, pero «tras los trabajos científicos» realizados no se encontraron restos orgánicos en la misma, ya que «fueron negativos» los resultados de su estudio macroscópico, del análisis con luz forense y del tratamiento para la detección de manchas de sangre.

«Fallido el único indicio, y prescindiendo de conjeturas exentas de respaldo objetivo, no existiría en este momento un motivo razonable para emprender obras de excavación y movimientos de tierra en el lugar», prosigue el juez -que mantiene abierta una pieza separada sobre la búsqueda de la joven-, pero asevera que, «sin perjuicio de ello, como apunta con celo y diligencia el informe policial, es posible realizar en superficie y con medios propios de la Policía una inspección ocular de la zona».

Así, y tras señalar que la inspección ocular se realizará sobre una zona «caracterizada por una orografía de difícil acceso por tratarse de un barranco con frondosa vegetación», el juez concluye que «procederá agotar, una vez más, todas las posibilidades a nuestro alcance para conseguir el objetivo propuesto», ordenando a la Policía la referida inspección «por si existieran otros indicios que aconsejaran profundizar en el operativo de búsqueda».

La Policía remitió al juez un informe en el que apuntaba que no existen indicios de que el cuerpo de la joven pueda encontrarse en dicha zona, tras lo cual el magistrado pidió que se pronunciara sobre este asunto a la Fiscalía, que no se opuso a que se ordenara la búsqueda en la zona apuntada por el abuelo, «con los medios materiales de los que dispongan los cuerpos policiales, por si encontrasen indicios de que el cuerpo de la infortunada menor pudiera haber sido arrojado en dicho lugar».

En primer lugar, el juez recuerda que la Policía Judicial «no precisa de un mandato judicial expreso para continuar las investigaciones necesarias para la búsqueda y localización del cuerpo de la víctima, que no ha aparecido pese a que la causa está ya enjuiciada», punto en el que destaca que la Policía ha llevado a cabo la referida búsqueda «con denodado esfuerzo y diligencia, imbuida por el propósito de agotar la investigación de todas las hipótesis, aún las más inverosímiles».