Las defensas de dos de los tres acusados de vender cocaína en Cangas de Onís solicitaron ayer que se anulen las escuchas telefónicas que llevaron a su detención. Las defensas de William J. V. P. e Ignacio M. G. argumentaron ayer durante la vista celebrada en la Audiencia Provincial que las escuchas fueron permitidas para investigar el caso del homicidio -ya resuelto- de Francisco Javier Viego.

Y es que uno de los acusados había estado la noche del crimen con el fallecido, por lo que la Guardia Civil solicitó «pinchar» su teléfono. En el curso de estas escuchas los agentes captaron conversaciones entre William J. V. P. e Ignacio M. G. en las que hablaban de «cañas» y «tomates». Para la Benemérita eran palabras en clave para hablar de cocaína y gramos. Ignacio M. G. y su pareja, Erika A. V. O., acudieron a Madrid a comprar unos cien gramos de coca para que luego William J. V. P. la vendiera en las fiesta de las piraguas. La chica reconoció ayer los hechos y aceptó un año y seis meses de cárcel.