Un jurado popular ha declarado hoy por unanimidad a Francisco José L.S. culpable del asesinato de su padre y del homicidio de su madre, con cuyos cadáveres convivió durante meses en el domicilio familiar de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) mientras seguía cobrando su pensión de jubilación.

En su veredicto, leído hoy en la Audiencia de Barcelona, el tribunal popular ha considerado probado que el procesado mató a su padre cuando éste dormía, por lo que le ha declarado culpable de un delito de asesinato.

En el caso de la muerte de la madre, el jurado popular ha declarado al procesado culpable de homicidio con las agravantes de abuso de superioridad y parentesco, al estimar que la mujer tuvo alguna posibilidad de defensa porque se había despertado y encarado con su hijo cuando éste la abordó para matarla.

El jurado ha tomado esa decisión pese a los pocos datos disponibles sobre las circunstancias de la muerte del matrimonio, dado que los cadáveres fueron encontrados casi un año después del crimen y se encontraban ya descompuestos.

El tribunal ha rechazado el argumento de la defensa del procesado, que pedía que se le aplicara la atenuante de arrebato alegando que Francisco José S.L. perpetró el doble crimen desesperado por la difícil situación en que se encontraba la familia, acuciada por las deudas.

Tras conocerse el veredicto, la fiscal ha mantenido su petición de prisión de 40 años para el procesado y ha solicitado al magistrado presidente del tribunal que le condene también por el asesinato de su madre, teniendo en cuenta que el abuso de superioridad constituye una circunstancia equivalente a la alevosía.

Por su parte, la defensa ha solicitado la pena mínima para el acusado: 17 años y medio por el asesinato de su padre y 12 y medio por el homicidio de la madre.

El procesado mató a sus padres en abril de 2008 apuñalándoles con dos cuchillos de cocina y, tras dejarlos tapados con una manta en la cama de matrimonio de su dormitorio, se preparó un café y narró con todo detalle el doble crimen a lo largo de 78 páginas en una libreta de bolsillo.

El parricida dejó los cadáveres en descomposición en el dormitorio matrimonial y convivió con ellos hasta agosto de 2008, esquivando las preguntas de los vecinos que le advertían de los malos olores procedentes de la vivienda y llenando el piso de ambientadores para disimular los efluvios de la putrefacción.

En agosto de 2008, Francisco José L.S. se fue a vivir al domicilio de su pareja, que, totalmente ajena al doble crimen, tenía proyectado casarse con él, y los cadáveres descompuestos no fueron descubiertos hasta febrero de 2009, en una entrada y registro practicada por la policía.