Oviedo, Pablo GONZÁLEZ

«No me olvidé ninguna gasa dentro de la vagina. Sólo usé una para limpiar por fuera la zona de sangre antes de suturar». Ésta es la versión ofrecida ayer ante el juez por L. M. A., matrona del hospital Grande Covián (Arriondas) acusada de un delito de lesiones por imprudencia, por dejar supuestamente dentro de una mujer que acababa de dar a luz un gasa. Los hechos se remontan a enero de 2009.

La mujer que supuestamente sufrió el olvido de la gasa en su vagina relataba así los hechos: «El parto fue normal, pero a la semana de estar en casa comencé a sentir molestias». Estas molestias se centraron en fiebre y dolores de estómago. «Por las noches me levantaba sudando», relató la mujer. Un día, tras orinar, la mujer, aseguró, «noté algo raro. Miré con un espejo la zona y comprobé que había algo».

El 29 de enero acudió al centro de salud de Llanes, donde se le encontró la gasa, tras la que había restos de sangre putrefactos proveniente del parto. Tuvo que ser derivada a urgencias porque se comprobó que se le habían adherido los labios menores. Según relató ayer la mujer durante la vista celebrada ayer en el Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo, tardó en hacer una vida normal, como mantener relaciones sexuales sin dolor, entre 6 y 7 meses.

Por su parte, la perita judicial aseguró que la explicación «más verosímil» es que, efectivamente, alguien dejó olvidada la gasa dentro de la vagina de la parturienta. La perita afirmó que «una norma básica» de los profesionales de la medicina requiere «llevar la cuenta de todo el material introducido en cualquier cavidad corporal».

Por su parte, otros de los peritos forenses propuestos por la defensa negaron la posibilidad de que el problema sufrido con los labios menores de la paciente fuera culpa de la gasa y achacaron ese problema a erosiones que se produjeron durante el parto. La fiscalía solicita para la matrona cuatro meses de cárcel y un año de inhabilitación para ejercer su profesión.