Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

Tres menores magrebíes fueron detenidos ayer tras intentar robar en una cafetería de la calle Pacita Vigil de Pola de Siero a la una y media de la noche del pasado domingo. Los jóvenes, fugados del centro de acogida de menores de Miraflores, en Noreña, habían roto el cristal de una de las ventanas de la cafetería valiéndose de una tapa de alcantarilla. Sin embargo, no pudieron perpetrar su robo, porque una vecina del edificio de enfrente oyó el ruido y, al asomarse a la ventana, vio lo que ocurría y avisó inmediatamente tanto a la Policía Nacional como a la Policía Local, así como al encargado del establecimiento, Pablo Carús Estrada.

La Policía Local movilizó dos patrullas, y el Cuerpo Nacional de Policía otras dos, que llegaron a las inmediaciones tan rápido que impidieron a los menores introducirse en el establecimiento. Los tres presuntos autores del robo frustrado se dieron a la fuga y entonces comenzó una larga persecución por las calles de Pola de Siero. El propio encargado del local pudo presenciar la fuga. Se dirigía hacia la cafetería cuando vio a dos jóvenes corriendo. «Me imaginé que serían ellos, pero no pude hacer nada, no tenía manera de frenarlos, y después vi que los agentes de Policía los perseguían», indicó.

Los menores se dirigieron a la estación de Feve, saltaron la valla y pasaron las vías. Finalmente, llegaron a la senda peatonal del río Nora, donde los agentes de Policía, tras cerrar la zona por varios puntos, les dieron alcance. Uno de los menores se había metido en el río para tratar de escapar.

Pablo Carús señaló que este es el segundo asalto a su local. El año pasado, unos ladrones sí lograron entrar, y se llevaron la caja registradora con más de mil euros. Fue la misma mujer quien avisó en aquella ocasión a la Policía, que logró detener a los ladrones y devolver todo el dinero. Si hubieran logrado entrar en esta ocasión, los ladrones se habrían encontrado la caja registradora vacía. Desde el robo anterior nunca dejan dinero en ella. «Me imagino que verían la tragaperras y la máquina de tabaco y que intentarían entrar para ver si había algo de dinero dentro», aseguró. El providencial aviso de la mujer evitó daños mayores. La Policía se mostró muy agradecida por la colaboración, que considera que es fundamental en estos casos. Para los responsables del local, el incidente no fue más allá de un contratiempo. «Te llevas un susto, y después andas de acá para allá con las declaraciones», indicó el encargado. Él y su familia pasaron la noche a turnos en el local, por si el vidrio roto tentaba a otros ladrones.