Oviedo, M. J. IGLESIAS

Un jubilado gijonés vecino de Fuejo, en La Providencia, de 63 años, con las iniciales de A. C. F., y que el martes por la noche fue salvajemente atacado por dos burros en su finca, permanecía ayer ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Central, en Oviedo. El gijonés fue intervenido para intentar recuperar el dedo pulgar de la mano derecha, que uno de los animales le arrancó a dentelladas.

El martes, como cada tarde, A. C. F. se dirigió a la finca de su propiedad contigua a su casa para dar comida a dos burros: una hembra de su propiedad y un macho que había sido trasladado a la finca para cubrir a la burra en celo. Tras producirse el ataque, los gritos del herido, unidos a unos rebuznos «muy extraños», alertaron a José Antonio Tomás Costales, que se encontraba en el autocine cercano a la finca viendo la película «Los Vengadores». Tomás Costales preguntó a voces si alguien reclamaba ayuda y la víctima respondió con más gritos y quejidos. Entonces accedió a la finca donde, con grandes dificultades para llegar hasta la víctima, por la altura de la hierba, se encontró el espectáculo dantesco de los burros mordiendo y golpeando al ganadero aficionado. Ni corto ni perezoso, Costales cogió unos palos y comenzó a golpear a los animales para ahuyentarlos. «Al macho le di cinco o seis golpes. Tenía en la boca la mano, completamente ensangrentada», relató ayer a LA NUEVA ESPAÑA. El rescatador añadió que antes de ser rescatado, A. C. F. pasó momentos de máxima tensión y «tuvo que sufrir lo indecible, pues decía que se moría y yo le animaba para que resistiese. Los quince o veinte minutos que tardó la ambulancia en llegar se me hicieron eternos», explicaba ayer.

Tras auxiliar al herido, Tomás llamó al propietario del autocine, que avisó a la policía y a los servicios de urgencias que diagnosticaron desgarros en las manos y en la cara y un traumatismo abdominal que hizo necesario el traslado directamente al Hospital Central de Asturias (HUCA). El hijo del hombre atacado reconoció ayer en la UCI del Hospital, donde su padre permanecía entubado, sin poder hablar, previsiblemente hasta hoy, que la rápida intervención de José Antonio Tomás Costales logró salvar la vida del jubilado. Explicó que aparte de la operación del dedo, de la que hoy también se sabrá el resultado, los médicos han indicado que será necesario hacer injertos en los brazos y una larga estancia en el hospital.

La esposa del herido se llevó un gran susto cuando vio desde su casa a la policía entrar en la finca. «Mi madre pensó que a mi padre le había pasado algo», señaló su hijo. Se da el caso de que un conocido del yerno de la víctima falleció por el ataque de un burro.