Oviedo,

Félix VALLINA

La familia de Rosario González Diego, la mujer de 92 años que falleció el viernes de la semana pasada al sufrir un fuerte golpe en la cabeza en la residencia geriátrica de Carancos (Nava), adelantó ayer que va a solicitar «responsabilidades legales» a la dirección del centro por considerar que no actuaron correctamente el día de los hechos. «Mi madre falleció veinte minutos después de haber recibido el golpe y allí, a pesar de lo que digan desde la residencia, no estuvo ninguna uvi móvil para ayudarla», señaló la hija de la anciana fallecida, Marisol Muñiz González.

Marisol Muñiz sostiene además que la versión de la residencia sobre la muerte de su madre no se corresponde con la realidad. «Me dijeron que falleció de muerte natural, que estaba sentada en la silla de ruedas, que se inclinó hacia adelante y que al ir a levantarla, porque pensaban que estaba durmiendo, vieron que estaba muerta», explicó Muñiz, que añadió: «Después supimos que mi madre tenía una brecha en la frente de entre ocho y diez centímetros, el pelo ensangrentado, la frente hundida, una herida en la nariz y otra en el pómulo izquierdo». La hija de la mujer fallecida mantiene que fueron los propios responsables del tanatorio «los que pusieron los hechos en conocimiento del Juzgado».

Marisol Muñiz asegura que desde la residencia de ancianos la llamaron para comunicarle que su madre había fallecido y le dijeron que no hacía falta que se pasase por el centro, ya que el cuerpo ya había sido «introducido en la bolsa» y no lo podría ver. «Yo me llevaba muy bien con las chicas que están en la residencia y me aseguraron que no podría ver el cuerpo hasta que llegase al tanatorio. Ellas me contaron que ya la habían arreglado y que no me preocupase», aseguró Muñiz. Las cuidadoras que se encontraban en el centro ya han prestado declaración ante la Guardia Civil de Nava indicando que se trató de un accidente. «Que cambien de versión así tan rápido con respecto a lo que me dijeron a mí y lo que ahora les dicen a ellos me hace sospechar mucho», indicó la mujer al día siguiente del suceso. Según Marisol Muñiz, «también estaba prevista la declaración del médico que certificó la muerte», algo que, por otra parte, suele ser habitual en este tipo de casos. La familia de Rosario González Diego también se queja de la actuación de la Guardia Civil. «No fueron a sacar fotos del sitio en el que tuvieron lugar los hechos el día que murió mi madre. Nos dijeron que iban a hacerlo al día siguiente, pero después de tanto tiempo pueden haber desaparecido pruebas», aseguró Muñiz, que adelantó que los resultados de la autopsia tardarán un mes en conocerse.