Oviedo, L. Á. VEGA

Un preso de Villabona, O. G. G., de 41 años, se sienta en el banquillo para responder de las lesiones que causó a otro recluso en el cuello con una cuchilla. Es la segunda vez que le juzgan por hechos parecidos, puesto que en 2001 intentó entrar en la enfermería de la cárcel armado con un palo al que le había atado una cuchilla, con la intención de apoderarse de la metadona que había en la instalación.

En el presente caso, el acusado, que sufre un trastorno de la personalidad por sustancias tóxicas y esquizofrenia paranoide, habría atacado con una cuchilla a otro preso, cuya identidad se corresponde con las iniciales H. M. G. Los hechos ocurrieron hacia las seis y cuarto de la tarde del 15 de octubre de 2007, siempre según el escrito del fiscal. H. M. G. sufrió una herida de seis centímetros de longitud en la cara lateral izquierda del cuello, que pasa perpendicular al trayecto de la yugular. La víctima también sufrió una segunda herida de tres centímetros, más superficial. Como secuela de estas lesiones, la víctima sufre dos cicatrices.

El ministerio público solicita una condena de dos años y medio de prisión para el acusado, así como el pago a la víctima de 450 euros por las lesiones y otros mil euros por las secuelas. El juicio tendrá lugar pasado mañana, jueves, en el Juzgado de lo penal número uno de Oviedo.

El pasado mes de abril, el preso ya fue juzgado en el Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo como presunto autor de un delito de atentado. Y es que O. G. G. intentó entrar por las bravas en la enfermería de la prisión para apoderarse de la metadona, en un momento en que sufría un brote de esquizofrenia. Se hizo con un palo y le ató una cuchilla. Así armado, se abalanzó sobre el ordenanza del departamento, dirigiéndole la cuchilla al cuello. No obstante, el funcionario logró sujetarle el brazo. Varios compañeros del agredido acudieron en su ayuda. El acusado se abalanzó sobre ellos con la cuchilla en la mano, hasta que entre todos consiguieron inmovilizarlo. Ninguno resultó herido.

En el momento de los hechos, según señalaba el fiscal en su escrito de acusación, tenía seriamente afectadas sus facultades intelectuales y volitivas. El acusado fue condenado en 2003 en sentencia firme por un delito de robo con violencia. Cuenta asimismo con antecedentes por delito de atentado.