La lucha de José Manuel Suárez por enterrar dignamente el cadáver de la que cree que es su madre, desaparecida el 29 de enero en la calle Rosal de Oviedo, ha dado sus frutos. Hoy celebrará un funeral en un tanatorio junto al cementerio del Salvador para inhumar el cuerpo en un nicho familiar. La instalación de una lápida con su nombre, María Teresa López, deberá esperar hasta que lleguen los resultados de ADN que realiza un laboratorio de Madrid a instancia de la Guardia Civil.

El hijo de María Teresa paralizó la orden del juzgado de enterrar de urgencia el cadáver de mujer que un vecino de San Claudio encontró en el río Maxuca hace ocho días. En declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, denunció la falta de sensibilidad de la justicia, que ordenó la inhumación rápida, y la imposibilidad de dejar el cuerpo en una cámara refrigerada del Instituto de Medicina Legal de Asturias "en previsión de recibir los cuerpos de todos los fallecidos en el naufragio del Cabo Peñas".

Suárez reconoció sin ninguna duda la gabardina encontrada en el cuerpo hallado en San Claudio como la de su madre.