La Policía Nacional desarticuló ayer una organización criminal de ciudadanos rumanos que explotaba a compatriotas de entre 13 y 17 años obligándolas a mendigar por las calles de Ferrol (Galicia). Los agentes detuvieron a veinte miembros de un clan familiar que retenía a las menores. Se les imputan los delitos de trata de seres humanos y mendicidad de menores, entre otros. Tres de las seis víctimas que fueron liberadas dieron a luz recientemente y eran amenazadas con la venta de sus bebés si no obtenían más limosnas. Un dinero que el clan usaba para adquirir coches de alta gama. Los detenidos habían conseguido las custodias de las víctimas prometiéndoles a sus familias un matrimonio con un miembro del clan y un trabajo en España, o comprando su voluntad con cantidades que iban desde los 2.000 a los 6.000 euros. Pero, según explicó la Policía, "eran verdaderas esclavas para las familias de acogida". Se ocupaban de la casa y los niños y dedicaban una media de ocho horas a pedir por las calles de la localidad coruñesa en durísimas condiciones. Además, eran blanco de vejaciones y malos tratos.

La investigación comenzó a principios de 2013, cuando trabajadores de los Servicios Sociales del Hospital de Ferrol comunicaron a la Policía el ingreso en dicho centro de una menor de edad embarazada, que había llegado sin acompañante. Durante las investigaciones, se descubrió que la menor se encontraba a cargo de una familia de origen rumano y que sus padres les habían concedido un poder notarial para traer a la niña a España. La Policía descubrió que esta familia tenía más menores a su cargo y en las mismas condiciones.