"Soy consumidor de pornografía, pero de adultos. En cuanto vi las fotos de esos archivos, las borré inmediatamente porque no me gustan, me dan asco", aseguró ayer un acusado de descargar contenido pedófilo de Internet en Oviedo, en abril de 2011, durante el juicio que se celebró en el Juzgado de lo Penal número tres de Oviedo. El imputado negó su implicación en los hechos y afirmó que no conocía el contenido del material que se descargó.

"El día que se dice que realicé la descarga, puse 200 o 300 ficheros a bajar. Siempre hago lo mismo. Los ordeno por tamaño y pongo a descargar los más grandes. Nunca leo los títulos de todos esos archivos. Es imposible", explicó. Pero dos de los agentes de la Policía Nacional que se encargaron del registro de su domicilio y de su equipo informático pusieron en entredicho su versión. "Tenía un archivo con el nombre 'Nena de 10 años chupando pija'. Es imposible no saber lo que se está descargando", aseguró uno de ellos.

La investigación comenzó en octubre de 2010, cuando un usuario de la red acudió a una comisaría de Alcalá de Henares para comunicar que, en un intento de descargarse una canción de una conocida plataforma de intercambio de archivos, apareció en su ordenador un fichero con más de 1.500 archivos distribuidos en carpetas de fotografías de niñas posando desnudas en actitudes eróticas y algún vídeo de menores quitándose la ropa y posando ante la cámara, con planos explícitos de sus genitales. Ante esta denuncia se inició una investigación que identificó a seis usuarios que se habían descargado y habían compartido el archivo, con un nombre que dejaba claro el contenido del mismo, con otros usuarios a través de un servidor.

Uno de ellos, lo hizo desde su casa de Oviedo y la investigación se trasladó a la Policía Nacional. "Acudimos a su domicilio, llamamos a la puerta y no nos abrió. Le llamamos por teléfono y nos dijo que estaba dentro y que no había oído el timbre. Cuando nos abrió, le entregamos el auto de entrada y registro. Tenía varios ordenadores, con varios discos duros externos conectados a los equipos. Nos dijo que tenía conocimientos de informática y que se dedicaba a crear páginas web. Hicimos una búsqueda superficial y encontramos documentos de pornografía infantil", contó uno de los agentes. "Los nombres de los archivos coincidían con los que utilizan los pedófilos reconocidos a nivel internacional. Permiten a los usuarios saber qué contenido hay en ellos. Es muy difícil encontrarlos si no se utiliza alguno de los términos que aparece en el título. No hay duda, él se los tuvo que descargar sabiéndolo", explicó el funcionario que se encargó del registro de los ordenadores.

La Fiscalía mantiene que el acusado se descargó los archivos de una manera intencionada y solicita que se le imponga una pena de un año de prisión por un delito de corrupción de menores. La defensa, ejercida por el letrado Andrés Martínez Ceyanes, solicita la libre absolución de su cliente al considerar que durante el juicio no quedó acreditado que su cliente se descargara los archivos de forma consciente ni que los compartiera con otros usuarios.