Un brutal terremoto que alcanzó los 7,9 grados de magnitud en la escala Richter sembró ayer de muerte y desolación a Nepal, uno de los países más pobres del mundo. El seísmo, que se produjo a primer hora de la mañana con epicentro a unos 150 kilómetros hacia el Oeste de Katmandú, deja, de momento, un balance de más de 1.300 muertos y 2.000 heridos. El movimiento de tierra, que provocó treinta muertes en la India y una decena más en el Tíbet, generó una avalancha sobre el campo base del Everest, coincidiendo con el inicio de la temporada de escalada, en la que perdieron la vida diez alpinistas. Hay, al menos diez, asturianos atrapados en Nepal. Tres han confirmado que se encuentran bien. Los otros siete no han dado señales de vida.

El asturiano Ricardo Fernández, que estaba en el campo base cuando se produjo el terremoto, se encuentra entre los supervivientes de la tragedia, según informó ayer en una llamada telefónica a la agencia "Efe" su compañero Javier Camacho, con el que se preparaba para iniciar una ascensión al Lhotse. Además, hay, al menos, otros nueve asturianos en la zona afectada por la tragedia. Cinco de ellos están bien. Son los alpinistas ovetenses Jorge Egocheaga, Eva Zarzuelo, Guillermo Rojel Cifuentes, Ángel Fernández y Pepa Cucarella. Del resto nada se sabe, aunque el Ministerio de Exteriores no tiene constancia de que haya víctimas mortales españolas.

Durante la noche, las familias del ovetense, del grupo de montaña Torreblanca, del comercial y de su pareja, la médico residente del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), han podido hablar con ellos y les confirmaron que se encuentran en buen estado.

Los asturianos de los que, hasta el momento, no se tienen noticias son Ergidio Armando García González, presidente del Club de Montaña Ensidesa; Jesús Mosteirín y Sabino Fernández, integrantes del mismo colectivo. Los intentos de familiares y amigos por tener noticias sobre su paradero están siendo infructuosos. Los teléfonos móviles permanecen inutilizados y las autoridades no disponen de información sobre ellos.

Ricardo Fernández Fernández estaba en el campo base cuando el terremoto provocó una espectacular avalancha desde el Pumori que sepultó varios campamentos de montañeros, especialmente los integrados por japoneses y chinos. Su compañero, el alpinista y fotógrafo Javier Camacho Jiménez, confirmó a media mañana que la situación en la zona era un "caos" y que había varios montañeros muertos y un buen número de heridos. Tanto Fernández como Jiménez, que estaban preparados para atacar la cumbre del Lhotse, que con sus 8.516 metros de altitud es el cuarto pico más grande del mundo, colaboraron durante toda la jornada en las labores de rescate, que resultaron especialmente penosas en Katmandú, donde, además de las víctimas humanas, se ha perdido un patrimonio histórico de incalculable valor.

"La montaña crujió", aseguró el veterano Carlos Soria, de 76 años de edad, que vivió el terremoto desde el campamento base, para explicar lo vivido justo antes de que el temblor tiñera de desolación todo el entorno del mítico Everest.

Al alpinista ovetense Jorge Egocheaga el seísmo le sorprendió en el aeropuerto de Katmandú, adonde se había desplazado para participar en una labor humanitaria organizada por SOS Himalaya, una organización no gubernamental (ONG) fundada por la familia de Iñaki Otxoa de Olza, montañero muy amigo de Egocheaga que murió en 2009 ascendiendo el Annapurna. El asturiano comunicó ayer a sus allegados que se encuentra en perfecto estado. Tampoco sufrió ningún daño la también alpinista ovetense Eva Zarzuelo, de 43 años, que vivió el seísmo desde el campo base del Makalu. Al mediodía de ayer telefoneó a su madre y envió un wasap a varios amigos para tranquilizarles y reclamar información sobre lo sucedido.

De quien no se sabe nada es del grupo formado por Ergidio Armando García, Ángel Hernández Muñiz, Jesús Mosteirín y Sabino Fernández, que partieron hacia Nepal el pasado día 2 para realizar una ruta de senderismo de alta montaña en una zona situada a 80 kilómetros al sur de Katmandú, por el valle de Langtang y por Kiamjin Gonba. El impulsor de la excursión fue Ángel Hernández, una persona que ya ha estado en más de una ocasión en el Himalaya y que es calificado de "muy responsable" por integrantes de los clubes de montaña de la comarca de Avilés.

La esperanza de sus familiares es que todos ellos se encuentren en una zona de altiplano que no se haya visto afectada por el seísmo. Sin embargo, tal y como confirma Manuel Taibo, responsable de seguridad del grupo de montaña Ensidesa, no ha sido posible contactar con ellos. Tampoco hay noticias de Guillermo Rojel Cifuentes, un experimentado alpinista de Oviedo, integrante del grupo Torre Blanca.