El juicio contra el ovetense acusado de violar a su hija desde que ésta tenía 4 años y hasta que casi cumplió los 18, aprovechando que la madre se ausentaba para trabajar en una peluquería, se inicia hoy en la Sección Segunda de la Audiencia, tal como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. Según los escritos de acusación, el hombre mandaba a su otro hijo a jugar a la calle y se llevaba a la pequeña a la cama matrimonial, donde cometía todo tipo de actos. Los hechos quedaron al descubierto cuando la víctima, ya casada y con una hija, forzó una reunión familiar en la que el padre reconoció lo ocurrido, según la acusación particular. No obstante, no denunció los hechos hasta 2011, ya con 32 años.

El fiscal considera los hechos como un delito continuado de agresión sexual y solicita para el acusado, V. A. C., de 66 años, una pena de 15 años y 100.000 euros de indemnización. La acusación particular, a cargo de Ana García Boto, pide 22 años, una pena de destierro y 200.000 euros.

Las agresiones se iniciaron en 1984 y no se detuvieron hasta 1996. Siempre se producían los sábados por la mañana y algún festivo. Tras mandar a su hijo a jugar a la calle, el hombre despertaba a la niña y se la llevaba a la cama. "Unas veces la obligaba a hacerle felaciones, otras a que le masturbase", indica la Fiscalía, que describe actos terribles. Las agresiones llegaron a tal punto, añade el fiscal, que la menor sufrió una herida que requirió cuidados y que el querellado disimuló con engaños. Aun así, siguió violándola. Según la acusación particular, el hombre se aseguraba el silencio de la niña con amenazas, palizas y regalos. La menor comenzó a presentar trastornos del sueño, ansiedad y pánico, lo que le ocasionó bajo rendimiento escolar, por lo que necesitó tratamiento desde los 11 años.